Carta del presidente

Iberdrola es ampliamente reconocida por su modelo de empresa responsable y sostenible, enfocado en el bienestar de las personas, en el cuidado del entorno y en el desarrollo económico y social de los territorios en los que está presente.

Conscientes de ello, queremos seguir avanzando y profundizando en esta filosofía de empresa y, por eso, hemos llevado a cabo un proceso de reflexión para definir un propósito corporativo claro y de largo plazo que, partiendo de nuestra experiencia acumulada, exprese el compromiso de la compañía con un nuevo modelo energético que sea mejor para la salud de las personas y del planeta: “Continuar construyendo, cada día y en colaboración, un modelo energético más eléctrico, saludable y accesible”.

Un propósito de esta naturaleza nos ha llevado a actualizar nuestros valores corporativos y evolucionarlos hacia tres únicos conceptos - “Energía Sostenible”, “Fuerza Integradora” e “Impulso Dinamizador”- que expresan la verdadera esencia de Iberdrola al integrar elementos claves como la ética, la transparencia, la diversidad, el diálogo, la innovación, la agilidad o la anticipación.

Este propósito –que nos inspira– y estos valores –que nos guían– nos permitirán seguir afrontando el gran reto de la transición energética; una transición que debe estar basada en la descarbonización y electrificación del sector energético y de la economía en su conjunto.

En Iberdrola, somos muy conscientes de que el sector eléctrico desarrolla un papel clave en el logro de los objetivos fijados en el Acuerdo de París. De ahí que llevemos años concentrando nuestros esfuerzos en reducir gradualmente la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero, impulsar las energías renovables y apostar por las tecnologías más eficientes con el objetivo de alcanzar una transformación profunda del modelo energético actual hacia otro más sostenible.

Los datos avalan la afirmación de que la demanda energética está llamada a experimentar un importante crecimiento. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se producirá un aumento del 30 % en el consumo total de energía en los próximos 25 años y el único modo eficaz de combinar la cobertura de dicha demanda con la lucha contra el cambio climático es a través del fomento del uso de la electricidad producida con fuentes renovables. Esta situación convierte al sector eléctrico, en general, y a Iberdrola, en particular, en agentes principales para lograr la descarbonización, ya que cuentan con las soluciones y las tecnologías más adecuadas y competitivas para lograrlo.

Nuestra compañía viene demostrando desde hace años su ineludible compromiso con esa causa, siempre con la mirada puesta en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos por Naciones Unidas para el año 2030.

Iberdrola ha demostrado estar perfectamente posicionada para continuar liderando la transformación que inició hace dos décadas hacia un sistema energético más limpio, más inteligente y más accesible para todos.

Perspectivas 2018-2022

De acuerdo con la estrategia establecida para el horizonte 2018-2022, y en consonancia con nuestra trayectoria de los últimos años, vamos a llevar a cabo un fuerte esfuerzo inversor –que alcanzará los 34.000 millones de euros, pasando de los 5.300 millones invertidos en 2018 a un promedio de más de 7.000 millones al año hasta 2022–, centrado en las fuentes de generación renovable, el almacenamiento, la instalación de infraestructuras de red más inteligentes y un importante crecimiento de nuevas soluciones para nuestros clientes.

En concreto, en España, Iberdrola orientará sus principales esfuerzos hacia la potenciación de las energías renovables –eólica y fotovoltaica-, las redes y el almacenamiento. En los Estados Unidos y el Reino Unido –país este último en el que toda nuestra producción está ya libre de emisiones–, seguirá invirtiendo en redes y avanzando en la eólica terrestre y marina, lo que le ratifica como un referente en nuevas tecnologías respetuosas con el entorno. En México, la compañía cuenta con importantes proyectos en construcción para seguir incrementando su potencia instalada en ciclos combinados y energías renovables. Y, en Brasil, Neoenergia seguirá avanzando en el desarrollo de infraestructuras de transporte y distribución de electricidad y de energías limpias –hidroeléctrica y eólica–.

Iberdrola impulsará sus actividades, además, en otros países como Portugal, Italia y Francia, donde ya cuenta con proyectos de generación renovable y con una importante cartera de clientes que espera seguir aumentando con la oferta de nuevos productos y servicios inteligentes.

Fruto de todas estas inversiones, combinadas con un esfuerzo adicional para mejorar la eficiencia operativa, el grupo prevé mejorar sus resultados para 2022 hasta situarse entre los 3.700 millones de euros y los 3.900 millones de euros de beneficio neto, lo que supondría un crecimiento del 30 % respecto a los de 2018. Y, manteniendo nuestra apuesta por la mejora de la remuneración al accionista, el dividendo se incrementaría en línea con el resultado neto, incorporando además un suelo anual que irá creciendo gradualmente hasta 0,4 euros por acción en 2022.

Dividendo social para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Iberdrola ha diseñado las bases de su plan 2018-2022 con la mirada puesta en la construcción de un futuro sostenible para todas las personas, y con el absoluto convencimiento de que la única vía para lograrlo es colaborar con la consecución de los ODS.

Así, hemos incorporado estos 17 Objetivos a nuestra estrategia empresarial y a nuestros Estatutos como parte de nuestro Dividendo social. Enfocamos nuestro esfuerzo en el suministro de energía asequible y no contaminante (objetivo 7) y en la acción por el clima (objetivo 13), pero con nuestra actividad también contribuimos a asegurar agua limpia y saneamiento (objetivo 6), a la innovación (objetivo 9), a la protección de los ecosistemas terrestres (objetivo 15) y al fomento de las alianzas para lograr los objetivos (objetivo 17).

Además, los negocios de Iberdrola generan empleo de calidad para 425.000 personas1 en todo el mundo y promueve el tejido industrial en todos los países donde la compañía está presente, fomentando de este modo el objetivo 8 (trabajo decente y crecimiento económico).

El grupo se configura así como motor de crecimiento en estos países, en los que seguirá reforzando sus compras (que ascendieron a cerca de 8.000 millones de euros en 2018) y su contribución fiscal (7.939 millones de euros). De hecho, por cada euro que la compañía invierte, genera 10,3 euros en el PIB de las regiones donde está presente1.

Con todo, nuestro principal activo es y serán las personas y, por ello, vamos a mantener firme nuestra apuesta por la formación (ODS 4, educación de calidad), tanto de sus empleados –a los que en 2018 se ha impartido 47 horas de formación al año por persona–, como de los jóvenes que están llamados a ser líderes del cambio en el futuro. A ellos van dirigidas iniciativas como las Becas Iberdrola 2019 para la formación y la investigación, con las que van a poder cursar estudios de posgrado en prestigiosas universidades internacionales. El desarrollo tecnológico y el constante avance material seguirán estando siempre unidos en nuestra empresa a la solidaridad y al progreso del conocimiento y la investigación, proporcionando toda ayuda posible a los jóvenes talentos para que esos objetivos sean una realidad.

La apuesta por el desarrollo integral de la mujer (ODS 5, igualdad de género) estará en el centro de las prioridades de la compañía. Iberdrola seguirá promoviendo la igualdad efectiva entre hombres y mujeres como ha venido haciendo hasta ahora y ha hecho que en el grupo no exista brecha salarial por razón de género, y que, además, sea la empresa del Ibex-35 con mayor número de mujeres en su Consejo de Administración, siendo el 50 % de los consejeros no ejecutivos mujeres. Fruto de este empeño, por segundo año consecutivo, Iberdrola ha sido incluida en el Bloomberg Gender Equality Index, siendo la única eléctrica española que lo integra.

Asimismo, nuestro apoyo firme, unánime y decidido a la lucha contra el cambio climático nos llevará a seguir potenciando el desarrollo de nuevas tecnologías respetuosas con el medio ambiente y la innovación, área a la que el pasado ejercicio destinamos cerca de 270 millones de euros. Gracias a ello, reduciremos aún más nuestras emisiones de CO2, que se situaron en 82 gramos por kilovatio hora en España, muy por debajo de las del resto de las empresas españolas y cerca de un 75 % menos que la media de las europeas (ODS 3, salud y bienestar).

Y como hemos venido haciendo hasta ahora, vamos a continuar ampliando las acciones que realizan nuestras fundaciones en los diferentes países en los que estamos presentes, especialmente en ámbitos como la conservación del patrimonio cultural (ODS 11, ciudades sostenibles), la conservación de la biodiversidad (ODS, 14, vida submarina), la educación o la cooperación (ODS 10, reducción de las desigualdades). Todo ello con el foco puesto en el progreso y el bienestar de la sociedad. Nuestra compañía siempre ha apostado, y seguirá haciéndolo, por una conjunción entre progreso tecnológico y progreso de las personas, en tanto entiende que el uno sin el otro obstaculizaría el logro de ese equilibrio tan vital en el mundo global y complejo en el que actuamos.

Iberdrola no va a cejar en su empeño por demostrar que es posible compatibilizar un proyecto empresarial de éxito con el desarrollo sostenible. Hoy más que nunca, las empresas deben centrarse en generar, a través de sus negocios, una huella que sea positiva para todas las personas y su entorno. Seguiremos, así, esforzándonos para que nuestras acciones mejoren el mundo en el que vivimos, haciéndolo más solidario, más limpio y más equitativo. Y estamos convencidos de que, trabajando en equipo con tesón, ilusión y coraje, todo esto y mucho más será posible.

(1) Informe de PwC (enero 2019) con cifras de 2017.