Qué es la inteligencia naturalista

Inteligencia naturalista, la capacidad de entender el medio ambiente

Sociedad Naturaleza Alto rendimiento

Doce años después de publicar su famoso libro —Inteligencias múltiples (1983)—, en el que definía siete tipos de inteligencia y que le valió el premio Príncipe de Asturias en 2011, Howard Gardner añadió a su modelo una octava rama: la inteligencia naturalista. Este tipo de inteligencia es la que nos permite relacionarnos con el medio ambiente y las demás especies.

La inteligencia naturalista permite reconocer las diferencias entre especies y entender cómo se relacionan entre sí.
La inteligencia naturalista permite reconocer las diferencias entre especies y entender cómo se relacionan entre sí.

"Querida Bárbara, no te preocupes por tus dificultades con las matemáticas. Te puedo asegurar que las mías son aún mayores". Esta frase, perteneciente a una carta enviada a una niña, fue escrita por alguien que representa la cima de la inteligencia humana: Albert Einstein. Y es que, aunque además de físico era un matemático brillante, Einstein nunca habría podido sacar adelante su teoría de la relatividad si no fuese por el trabajo de matemáticos más dotados que él, como por ejemplo Bernhard Riemann.

Al igual que ocurre con las personas con síndrome de Savant, capaces de memorizar libros enteros palabra por palabra, pero incapaces de relacionarse con los demás, la relación de Einstein con las matemáticas es un buen ejemplo de que la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupa diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos relacionados entre sí. Esta es, al menos, la teoría que expuso en 1983 Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard (EE. UU.), en su famoso libro Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica (1983).

En esta obra, que repercutió en la mejora del sistema educativo y le valió el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2011, Gardner definía siete tipos de inteligencia: lingüística, musical, lógico-matemática, espacial, corporal-cinestésica, interpersonal e intrapersonal. Para el desarrollo de la vida, según Gardner, necesitamos hacer uso de varios tipos de inteligencia. Cuantas más inteligencias desarrolle uno en profundidad, mayores serán sus oportunidades de prosperar. Por eso, 12 años después de la publicación de su obra magna, Gardner añadió un octavo tipo de inteligencia: la inteligencia naturalista.

Tipos de inteligencia del ser humano.
Tipos de inteligencia del ser humano.

Características de la inteligencia naturalista 

De acuerdo con Gardner, la inteligencia naturalista es la capacidad de distinguir, clasificar y manipular elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Gracias a este tipo de inteligencia, somos capaces de reconocer las diferencias entre especies, grupos de personas u objetos y entender cómo se relacionan entre sí.

Se considera que la inteligencia naturalista se desarrolló en los tiempos de los primeros seres humanos, cuando la supervivencia dependía del reconocimiento de especies útiles y peligrosas, de la observación del clima, del reconocimiento del terreno y de ampliar el abanico de recursos disponibles para la alimentación. Por norma general, las personas con alta inteligencia naturalista presentan las siguientes características:

  • Manifiestan deseos de entender cómo funcionan las cosas.
  • Se preocupan por el medio ambiente y les gusta estar en contacto con la naturaleza.
  • Son buenos identificando la fauna y la flora.
  • Les gusta explorar y descubrir nuevas especies y comportamientos.
  • Tienen interés en utilizar herramientas de observación —microscopios, prismáticos, telescopios—.
  • Demuestran interés por las carreras de ciencias —biología, botánica, química, zoología, etc—.

Actividades para desarrollar la inteligencia naturalista 

Generalmente, los niños con inteligencia naturalista manifiestan una inclinación hacia el mundo natural, así como hacia lo que ha creado el ser humano. No se quedan en la superficie de lo que observan, sino que profundizan y hacen deducciones sobre la naturaleza y el funcionamiento de las cosas. También tienen tendencia a clasificar los objetos y ordenarlos en categorías.

En cuanto al reino animal y vegetal, los niños con este tipo de inteligencia manifiestan su deseo de tener mascotas y sienten fascinación por el crecimiento de las plantas. Les gusta explorar y descubrir ambientes naturales y otras formas de vida. Y a menudo se entretienen observando detalles como hileras de hormigas, el vuelo de los pájaros o los quehaceres de los insectos. Además, no es extraño encontrarlos llevando a cabo improvisados experimentos.

Existen diferentes actividades para ayudar a un niño a desarrollar su inteligencia naturalista, las cuales pueden agruparse en:

 Contacto

Caminatas por el bosque o la montaña, realización de acampadas o campamentos, visitas a zoológicos y acuarios, etc.

 Observación

Una vez en contacto con la naturaleza, para fortalecer este tipo de inteligencia es importante observar con atención el entorno.

 Exploración

Una lupa, un microscopio o unos prismáticos ayudan a hacer la experiencia más interactiva y entretenida.

 Clasificación

Con la ayuda de los padres, de libros o de Internet, el niño debe ir aprendiendo a clasificar lo que se vaya encontrando. Puede crear un diario de campo con anotaciones y fotos.

 Afición

Fomentar en los más pequeños aficiones como plantar semillas en casa o coleccionar fósiles, piedras, hojas, etc.

Personajes históricos con una elevada inteligencia naturalista

Si echamos una mirada al pasado, encontramos a las personas con mayor inteligencia naturalista en los campos de la biología, la zoología, la botánica, etc.

Algunos de los personajes históricos que se considera tuvieron una alta inteligencia naturalista fueron, por ejemplo: Charles Darwin (1809-1882), el célebre naturalista inglés que desarrolló la teoría de la evolución a través de la selección natural en su obra El origen de las especies (1859) o Alexander von Humboldt (1769 - 1859), explorador y naturalista prusiano considerado el padre de la geografía moderna. En épocas más recientes cabe destacar al oceanógrafo francés Jacques Cousteau (1910-1997) o al astrónomo estadounidense Carl Sagan (1934-1996), ambos divulgadores que ayudaron a despertar y mejorar la inteligencia naturalista de toda una generación.