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23.01.2020

Galán aplaude las vicepresidencias de Calviño y Ribera

El presidente del grupo Iberdrola, Ignacio Galán, ve de forma muy positiva la constitución del Gobierno en España, particularmente por el "refuerzo" que representa elevar a vicepresidentas a las ministras de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

En declaraciones a Efe durante la reunión en Davos del Foro Económico Mundial, Galán ha alabado la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que visitó este miércoles la localidad alpina suiza, de rodearse de un equipo económico "potente" que, en su opinión, sabrá gestionar un contexto de "cierta desaceleración de la que es consciente".

A su juicio, esa intención se percibe con confianza desde los mercados internacionales, algo esencial, y constata que España es una democracia consolidada donde las distintas opciones políticas se alternan sin problema y que goza actualmente de estabilidad política.

Además, Galán valora de forma especial el papel relevante de Ribera en el Gobierno, puesto que Iberdrola ha sido una empresa muy implicada en la transición ecológica, un proceso —ha dicho— "en el que llevamos trabajando más de 20 años".

En su opinión, la transición ecológica representa no solo una oportunidad para luchar contra el cambio climático, sino un medio para crear empleo y atraer inversión. Así lo ve también la Comisión Europea, cuyo vicepresidente primero, Frans Timmermans, lidera el proyecto del Green Deal o Pacto Verde Europeo.

En este sentido, Galán señala que el objetivo de "emisiones netas de carbono cero" para 2050 que establece este Pacto Verde "va a requerir cuantiosas inversiones". El presidente de Iberdrola recuerda que, según el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, la inversión acumulada necesaria para alcanzar dicho objetivo podría ascender a 7 billones de euros en la Unión Europea (UE).

En todo caso, Iberdrola confía en que el acuerdo "sea la base de una regulación que incentive la inversión, agilice los procedimientos y premie a aquellos que realmente están transformando su modelo de negocio hacia la economía verde". En las dos últimas décadas, indica, Iberdrola acumula más de 100.000 millones de euros de inversión en energías limpias, redes y almacenamiento.

El compromiso de Iberdrola con la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y la responsabilidad social y medioambiental viene de lejos, ya que "está en nuestros estatutos". Y recuerda que la empresa cuenta, por ejemplo, con un dividendo social, lo que prueba que se puede hacer "y al mismo tiempo ser rentable", como ha reconocido uno de sus principales accionistas, Blackrock, en una reciente carta.

Iberdrola cerró en diciembre un ejercicio "francamente positivo", con récord de producción y de resultados, explica Galán, y, gracias a un "relevante esfuerzo inversor", ha instalado más de 5.000 nuevos megavatios de potencia, al tiempo que prevé batir de nuevo su récord de resultados, con crecimientos en el entorno del doble dígito.  

El año que acaba de empezar estará marcado por "la estabilidad, el crecimiento y la predictibilidad", con el objetivo de alcanzar los 10.000 millones de euros de inversión en redes eléctricas "cada vez más inteligentes y fiables", así como en nueva capacidad renovable y en almacenamiento eficiente.

Por lo que respecta a la energía eólica marina, Galán menciona varios proyectos "que suman más de 2.500 megavatios", como la inauguración en 2020 de East Anglia ONE, o la puesta en marcha de Saint-Brieuc, en Francia; Baltic Eagle, en Alemania, o Vineyard Wind, en Estados Unidos. 

Sobre la competencia de compañías de otros sectores, como las petroleras, en el mercado de la energía eléctrica, Galán asegura que "la competencia nos hace mejorar a todos, en beneficio de los clientes", y recuerda que desde que se produjo la liberalización eléctrica en España, en 2003, la empresa siempre ha defendido este extremo.

No hay que olvidar que el sector necesita "cuantiosas inversiones" para materializar su contribución a la descarbonización de la economía, inversiones que el Ministerio para la Transición Ecológica calcula en unos 200.000 millones de euros, si se quieren alcanzar "los objetivos medioambientales" fijados.