Cómo hacer un buen currículum

Un buen currículum es el primer paso para encontrar trabajo

Preparar el mejor currículum posible no es tarea fácil, de hecho, puede convertirse en un quebradero de cabeza. Seleccionar la información idónea, optar por un formato adecuado, más ahora ante las numerosas posibilidades que ofrecen las TIC, y cuidar la ortografía son solo algunas de las claves para presentar un CV moderno y atractivo que conquiste a primera vista a las empresas.

Curriculum
La presentación de un currículum potente y atractivo es el primer paso para encontrar trabajo.

El mercado laboral del siglo XXI es cada vez más competitivo: las personas están más preparadas, cualificadas y especializadas que nunca (carreras, másteres, idiomas, etc.). El nivel es tal que marcar la diferencia se ha convertido en un requisito imprescindible y una de las maneras de conseguirlo es a través del currículum vitae (CV). Este documento, adecuadamente trabajado y optimizado, puede abrirte de par en par las puertas de cualquier empresa.

La importancia del currículum

Un buen CV, tal y como se ha mencionado previamente, puede ser diferencial a la hora de encontrar trabajo en un mercado tan competitivo. Ya sea en formato papel o digital, se convierte en nuestra carta de presentación ante las compañías. De hecho, para ilustrar su importancia basta con pensar en la cantidad de personas que se presentan a una vacante y en que la primera forma que tienen las empresas de seleccionar o descartar candidatos es tan solo mirando el CV.

Plasmar quiénes somos y de qué somos capaces en un documento tan pequeño no es tarea fácil. Tampoco es sencillo para las empresas revisar miles de currículums en busca de los mejores perfiles. Por ello, lo mejor para unos y otros es presentar un documento que sintetice y remarque aquello que nos puede hacer destacar. Posteriormente, si pasamos el primer filtro y somos seleccionados para una entrevista de trabajo, podremos explayarnos sobre aquellos aspectos que no plasmamos en el CV.

Tipos de currículum 

En función de aquellos aspectos que queramos destacar de nuestro perfil, existen varios tipos de CV. A continuación, mostramos los más comunes:

  • CV cronológico. El objetivo es destacar por encima de todo la experiencia laboral y la formación académica, sirviendo el resto de apartados como complemento a estos dos primeros.

  • CV funcional. El objetivo es dar más peso a las habilidades, tanto hard skills como soft skills, y a los objetivos profesionales, pudiendo reducir la relevancia de nuestra experiencia laboral en el caso de que sea escasa.

  • CV mixto. El objetivo es plasmar la sinergia de habilidades y experiencia, poniendo el foco en los logros profesionales. Es el propio de perfiles más experimentados, por lo que la formación académica queda en un segundo plano.

Con la evolución de las TIC, han aparecido nuevos formatos de CV que están ganando protagonismo dentro del mundo laboral:

  • CV infografía. Busca llamar la atención a través de la representación gráfica de nuestra trayectoria laboral y académica. Se realiza a través de elementos capaces de transmitir mucha información con poco. Los diseñadores pueden sacarle el máximo partido.

  • CV web. Consiste en la creación de una web donde exponer nuestro CV de forma más interactiva. Nos permite ampliar los aspectos más relevantes a través de links o presentar la información de forma más dinámica. Es especialmente interesante para resaltar perfiles digitales.

  • Vídeo CV. Podríamos decir que este modelo se asemeja a lo que sería un spot publicitario, pero aquí el protagonista eres tú y tus logros, tanto académicos como profesionales. Lo más importante es el guion, que debe ser llamativo y ameno, y tu solvencia ante la cámara. Incluso TikTok, red social donde los vídeos cortos son los protagonistas, ha habilitado una nueva función Enlace externo, se abre en ventana nueva. para publicar tu CV y encontrar trabajo.

La información que debe incluir un currículum 

Para saber qué tipo de CV es el más adecuado para nosotros, hay que tener en cuenta toda la información que vamos a incluir. En líneas generales, estos son los apartados indispensables:

  • Datos de contacto (nombre e email son imprescindibles).
  • Breve descripción sobre la trayectoria laboral, incluyendo logros y objetivos.
  • Formación académica y complementaria (carrera, grado medio o superior, máster, cursos, etc.).
  • Experiencia laboral (de lo más reciente a lo más antiguo).
  • Aptitudes y habilidades personales (tanto habilidades blandas como duras).
  • Idiomas (especificando el nivel o los certificados que lo acrediten).

No conviene perder de vista el puesto al que vamos a aplicar en cada momento. Por ejemplo, si al que queremos acceder exige un alto nivel de experiencia, lo más lógico es utilizar un CV cronológico. En cambio, si consideras que serán tus aptitudes o habilidades las que van a ser más valoradas, lo adecuado es optar por un CV funcional. Y si se requiere una gran especialización, debemos hacer un CV mixto. En definitiva, nuestro CV ha de ser una sinergia entre lo que somos y el puesto al que queremos acceder.

Una vez creado el currículum, lo ideal es trasladar toda esa información a LinkedIn. En plena era digital, esta red social profesional se ha convertido en una herramienta fundamental para contactar con empresas o viceversa, dada la cantidad de responsables de recursos humanos que la utilizan para reclutar talento. El medio digital tiene una serie de particularidades que debemos tener en cuenta: elige las palabras clave adecuadas e insértalas en tu perfil —imprescindible hacerlo en el titular y el extracto—, mantén el perfil actualizado —añade cada novedad en tu trayectoria profesional o académica— y sé activo en la red —publica y comparte contenido relevante, e interactúa con otros usuarios—. Más consejos para mejorar tu perfil en LinkedIn.

Consejos para hacer un currículum

Por último, más allá de los tipos existentes o de la información a incluir, hay una serie de consejos que conviene tener en cuenta para confeccionar el mejor CV posible:

 Un diseño ordenado y atractivo que, además, se adecúe a nuestro perfil. Si el CV consigue transmitir algo de tu personalidad habrás dado en la diana.

 Usar tipografías universales (calibri, helvética, arial, georgia, garamond, etc.) para evitar problemas de legibilidad a la hora de acceder al documento.

 ¡Cuidado con la extensión! Como ya hemos comentado, se trata de destacar lo importante y lo ideal es no superar una página, como mucho dos.

 Otorgar la importancia debida a los objetivos y logros profesionales, dado que a veces pierden protagonismo ante la formación académica.

 Podemos retocar el CV, sin pasarnos para que no llame la atención en negativo, en función de la empresa a la que estemos aplicando.

 Para entregar un CV de una hoja conviene sintetizar, así que lo mejor es omitir cualquier información que no sea relevante para el puesto.

 Tarde o temprano tendrás que demostrar lo que tu CV asevera, así que bajo ningún concepto mientas o exageres. Evita también verter opiniones personales.

 La ortografía es a veces la gran olvidada a la hora de elaborar un currículum, así que antes de enviarlo revísalo con atención para evitar fallos que puedan eliminarte del proceso de selección.