Edadismo

Edadismo: la ONU señala la discriminación por edad como un problema a nivel mundial

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Las personas mayores, en muchos casos, no se sienten así, pero las actitudes discriminatorias hacia ellos, fenómeno conocido como edadismo, contribuyen a fomentar su aislamiento social y a empobrecer su salud física y mental. Eso es lo que denuncia un informe de la ONU, publicado en marzo de 2021, en el que invita a actuar con rapidez y aplicar estrategias eficaces contra este problema.

Edadismo
El edadismo es un problema de discriminación creciente y afecta a la salud mental y física de los más mayores.

Una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes discriminatorias hacia los mayores. Este fenómeno, conocido como edadismo, empobrece la salud física y mental de las personas de más edad y contribuye a su aislamiento social. Así lo asegura el Informe mundial sobre el edadismo publicado por la ONU, que alerta del problema a escala global y pide actuar con urgencia para luchar contra lo que denomina una “devastadora desgracia para la sociedad”.

Qué es el edadismo (OMS) 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el edadismo apela a los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacia las personas en función de su edad. En concreto, surge cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia, menoscabando la solidaridad intergeneracional. De manera que no afecta solo a las personas mayores, aunque sin duda son los que más actitudes edadistas sufren junto a los jóvenes.

La OMS, aunque otras organizaciones retrasan la edad a los 65 —coincidiendo con la jubilación—, considera “mayor” a toda persona a partir de los 60 años. La percepción, tanto propia como ajena, puede ser otra a consecuencia del aumento de la esperanza de vida, especialmente en las sociedades más desarrolladas, lo que no impide que a escala global se den casos de edadismo en diferentes esferas: salud, sociedad, economía, etc.

El edadismo puede ser: institucional, cuando se refiere a las leyes, reglas y normas sociales de las instituciones que restringen injustamente las oportunidades y perjudican sistemáticamente a las personas en razón de su edad; interpersonal, cuando surge durante las interacciones entre dos o más personas; o autoinfligido, cuando se interioriza y se vuelve contra uno mismo.

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  VER INFOGRAFÍA: El progresivo envejecimiento de la población mundial [PDF]

El edadismo laboral

Probablemente, el laboral sea el entorno en el que el edadismo está más presente. Por ejemplo, son muchos los casos en los que las personas mayores quedan directamente excluidas de los procesos de contratación. En otros, sufren aislamiento o trato indebido por motivos supuestos, como su menor dinamismo, su menor adaptación al cambio o sus dificultades con la tecnología, etc. En este sentido, el secretario general de la OMS, Tedros Adhanom, afirmó durante la presentación del informe: “No podemos permitir que los estereotipos basados en la edad limiten las oportunidades de las personas”.

Consecuencias del edadismo (ejemplos)

El edadismo tiene su impacto en diferentes ámbitos. A continuación, repasamos algunos de ellos:

 Salud
El edadismo se asocia con una peor salud, acelerando el deterioro mental y físico, y una peor calidad de vida, que se traduce en una menor esperanza de vida. Se calcula que 6,3 millones de casos de depresión en todo el mundo son atribuibles a este mal.

 Sociedad
El edadismo aumenta el aislamiento social y los casos de soledad. Incluso en los entornos familiares se tiende a minusvalorar a los mayores, tomando las riendas de sus vidas y apartándoles de la toma de decisiones, lo que reduce sus niveles de autonomía y autoestima.

 Economía
El edadismo contribuye a la pobreza y a la inseguridad económica. Además, en ocasiones las personas mayores no pueden acceder a determinadas ventajas o servicios, como seguros o préstamos hipotecarios, entre otros, por su edad.

 Amor
El edadismo restringe la capacidad de expresar la sexualidad, entre otras razones porque el amor entre personas mayores está cargado de prejuicios y porque para la propia sociedad continúa siendo un tema tabú.

Es probable que durante nuestro día a día seamos testigos o directamente artífices —algunas veces de forma inconsciente como fruto de la cultura heredada y otras de forma intencionada— de actitudes edadistas. Por ejemplo: considerar que alguien por su edad no puede estar a la altura de los nuevos retos, tratarlo con condescendencia o ignorar su opinión o su experiencia por esa misma razón, usar términos despectivos a la hora de referirse a las personas de más edad —lo que ayuda a minusvalorarlos como colectivo— o tratarlos como dependientes o enfermos por definición.

Cómo reducir el edadismo

¿Se puede combatir el edadismo? La respuesta es sí. Aunque el edadismo tiene un componente cultural que puede tardar en cambiar, se pueden establecer medidas sociales, políticas y empresariales para luchar de forma efectiva contra esta discriminación. De hecho, según diversos estudios, las estrategias que combaten el edadismo en el ámbito laboral pueden generar oportunidades para crear equipos intergeneracionales muy valiosos para las compañías. Un informe publicado por la consultora Deloitte en 2020 apunta a eso al señalar que “el 70 % de las organizaciones considera las fuerzas de trabajo multigeneracionales importantes o muy importantes para su éxito”. 

El informe de la ONU citado en el arranque establece tres estrategias para minimizar el edadismo: 

  • Establecer políticas y leyes útiles para reducir el edadismo contra cualquier grupo de edad.
  • Desarrollar iniciativas educativas a todos los niveles, desde la escuela primaria hasta la universidad.
  • Fomentar el contacto intergeneracional para reducir los prejuicios y los estereotipos entre los grupos de edad.

Para maximizar los efectos de estas estrategias se recomienda: respaldar las investigaciones científicas sobre edadismo con el objetivo de comprender y combatir mejor este fenómeno, invertir en las estrategias citadas anteriormente para lograr un cambio real entre la población y comprobar su eficacia, y crear un movimiento, tanto a nivel político como civil, que consiga modificar el discurso sobre la edad y el envejecimiento.

Este fenómeno no es nuevo y por eso hay países que ya han legislado sobre ello. Por ejemplo, en Estados Unidos cuentan con la Ley de Discriminación por Edad en el Empleo, la cual prohíbe la discriminación laboral contra personas de 40 años o más. Otras propuestas promovidas por gobiernos y organizaciones sociales son: analizar los anuncios con ofertas de empleo en busca de actitudes discriminatorias, fomentar el envejecimiento activo como una oportunidad para superar los estereotipos contra los trabajadores más veteranos o promover una cultura que valore las habilidades del talento senior mediante actuaciones basadas en la transferencia de conocimiento, como el mentoring.