Alice Neel en Guggenheim Bilbao

Alice Neel: homenaje a la realidad y a los desfavorecidos

El museo Guggenheim Bilbao ofrece la primera exposición retrospectiva dedicada en España a Alice Neel (1900-1984), nacida en Pensilvania pero que pasó la mayor parte de su vida en Nueva York, tras una breve estancia en Cuba. Su obra se centra en las vulnerabilidades y sobre todo en las luchas emocionales y físicas de las mujeres, especialmente mujeres pobres como ella misma.

Alice Neel: las personas primero abarca toda la trayectoria de la artista estadounidense, con docenas de sus retratos más impactantes, celebrados hoy en día por su perspicacia psicológica. Entre sus modelos, muchos desconocidos, pero también miembros de su familia, artistas, activistas, líderes de los derechos civiles y celebridades que entran en su órbita en diferentes momentos de su vida. Retratos fieles y sin artificios que plasman con intensidad la personalidad y presencia de sus modelos, en general personas desfavorecidas.

Alice Neel estudió en la Escuela de Dibujo para Mujeres de Filadelfia y a los 25 se casó con el pintor cubano Carlos Enríquez, con quien se estableció en la vibrante Cuba de los años '20 —donde sus obras fueron presentadas en público por primera vez— y tuvo dos hijas (la primera moriría antes del año), aunque luego regresaría a Estados Unidos.

Enríquez se llevó a su hija a Cuba, lo que provocó en la pintora una crisis nerviosa que acabó con su hospitalización y una tentativa de suicidio. Ambos traumas se reflejan en sus obras, en las que la maternidad, la pérdida y la ansiedad están siempre presentes.

Neel refleja también el contexto social y político. Para ella, "el arte es una forma de hacer historia", y en sus pinturas registra la vida política de Nueva York y la diversidad y lucha de sus habitantes. Un ejemplo es Los nazis asesinan a los judíos (Nazis Murder Jews), donde retrata el desfile del Primero de mayo de 1936, en que una multitud de manifestantes quisieron llamar la atención sobre el incipiente y brutal antisemitismo del régimen nazi.

De 1936 a 1962 vivó en el Spanish Harlem, donde empezó a capturar el alma de sus vecinos, una población étnicamente diversa y desfavorecida que hasta entonces rara vez había sido sujeto artístico.

Como tampoco lo había sido la maternidad desde un punto de vista nada idílico, con todas sus presiones, físicas y psicológicas, y con el reto que supone criar un hijo —su tratamiento del desnudo de mujeres embarazadas no tiene precedentes en la historia del arte—. Será un tema que la acompañaría desde el inicio hasta el final de su extensa carrera.

La desnudez y el sexo también son temas centrales de su obra. Unos desnudos descarnados que dejan a un lado el erotismo de los habituales desnudos femeninos. Muestra de ellos es su propio autorretrato, que pintó cuando tenía 80 años.

Neel se negó a cambiar su estilo por el Expresionismo Abstracto que llenó el Nueva York de los años '40 y '50 y que ella calificó de "antihumanista". Prácticamente desparecida en los '50 y '60, vivió un resurgir en la década de los '70, cuando se convirtió en un icono feminista.

La muestra Enlace externo, se abre en ventana nueva. —organizada por el Metropolitan Museum of Art en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao y The Fine Arts Museums of San Francisco y patrocinada por Iberdrola— se podrá visitar hasta el 6 de febrero de 2022.

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