#acción social
La lucha contra el cáncer a través de carreras solidarias, contra la violencia de género o contra el machismo, las campañas para combatir enfermedades infantiles... Promovemos iniciativas de acción social para apoyar la inserción y mejorar la calidad de vida de las personas beneficiadas.
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En nuestros mares, que según Greenpeace reciben 200 kilos de basura por segundo, existen islas de plástico flotante que cuadruplican el tamaño de California. Esta realidad, tan peligrosa para la salud del planeta, ha inspirado tres iniciativas repletas de ingenio para limpiar los océanos. Conócelas, ¡te sorprenderán!
Queremos crear un mundo más sostenible, con economías estables y sociedades más justas e inclusivas. Un objetivo difícil pero no imposible de alcanzar si contamos con la implicación de los gobiernos, las instituciones, las empresas y, sobre todo, de una ciudadanía responsable y comprometida.
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La educación ambiental para niños debe comenzar en la escuela. El destino del planeta está en sus manos y es importante que desde pequeños aprendan a racionalizar los recursos y a aportar su granito de arena en la lucha contra el cambio climático. En este difícil examen se juegan un mundo mejor, más sostenible y habitable.
Aprender a reciclar es hoy más fácil y divertido que nunca para los peques de la casa. Existen multitud de juegos y actividades relacionados con el reciclaje y pensados para enseñar a los niños a generar menos basura, separar residuos y reutilizar, reforzando así sus valores ecológicos y su compromiso con el medioambiente.
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La compra a granel ha resurgido para frenar el despilfarro de alimentos y la invasión de envases de plástico en la naturaleza. Este tipo de comercio, habitual hasta hace unas décadas, permite adquirir comestibles y bienes domésticos al peso y sin embalajes, y se ha convertido en uno de los pilares del movimiento global Residuo Cero.
Móviles, tabletas, portátiles... La proliferación de dispositivos digitales se está convirtiendo en un problema para el planeta porque, cuando su vida útil finaliza —al año se generan más de 50 millones de toneladas de chatarra tecnológica—, su tasa de reciclaje es insuficiente. Aumentarla es clave para frenar el cambio climático y evitar el deterioro del medio ambiente.