Mujeres inventoras

Científicas e inventoras: conoce a las mujeres que cambiaron el mundo

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Fueron pioneras, y sus descubrimientos e inventos han marcado la historia. Sin embargo, su labor ha sido en muchas ocasiones pasada por alto o, incluso, directamente vetada por sus contemporáneos. Pese a todo, nombres como Marie Curie, Virginia Apgar o Gertrude B. Ellion sí contaron con reconocimiento en sus respectivos campos de estudio. Pero no son las únicas: estas son las mujeres que cambiaron el mundo.

Desde Hipatia de Alejandría hasta nuestros días mujeres en todas las épocas han desafiado a las convenciones, a veces para gran escándalo de la sociedad en general, y dedicado su vida al estudio de materias tradicionalmente reservadas al género masculino. Para ello han tenido que luchar contra instituciones académicas y compañeros de estudio y de profesión y realizar incluso grandes sacrificios personales.

Marie Curie, dos veces galardonada con el Nobel 

El trabajo de estas mujeres académicas e inventoras ha sido en ocasiones valorado y premiado, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, pero también antes. Tal es el caso de Marie Curie, dos veces galardonada con el Nobel por su vital aportación a los campos de la Física y la Química. Su descubrimiento más notable, el de los elementos radio y polonio —en honor a su Polonia natal—, es quizá el más conocido para el público en general, pero a nivel práctico desarrolló una aplicación que salvó miles de vidas durante la I Guerra Mundial: un aparato autónomo de rayos X. El dispositivo, incorporado a un vehículo, permitía además revelar las imágenes, lo que facilitaba el diagnóstico correcto de las lesiones de los soldados heridos en el campo de batalla y las operaciones de emergencia in situ.

Jocelyn Bell Burnell, la astrofísica olvidada

Jocelyn Bell Burnell es actualmente profesora de Astrofísica en Oxford, pero en 1967 era parte del equipo que estudiaba quásares a través de un radiotelescopio en Cambridge. Analizando datos, detectó unas señales regulares y rápidas que parecían provenir de estrellas que rotaban a gran velocidad: las llamaron púlsares. Que no le dieran el galardón por su descubrimiento —sí fue concedido a los miembros varones del equipo— causó gran conmoción entre sus colegas de profesión, si bien ella le restó importancia aduciendo que no es inusual que sean los directores de los estudios, y no todos los miembros del mismo, quienes reciban el reconocimiento.

Lise Meitner, la "madre de la fisión nuclear"

El comité del Nobel también pasó por alto la investigación de Lise Meitner, considerada "la madre de la fisión nuclear", para otorgar el premio a los hombres que participaban en el estudio. Su oposición al uso de la fisión en la creación de armamento —fue la única física nuclear que se negó a participar en el Proyecto Manhattan durante la II Guerra Mundial— es para muchos la razón por la cual nunca logró el galardón pese a estar nominada un total de 48 veces en toda su carrera.

Ada Lovelace, la primera programadora de ordenadores 

Un caso especial es el de Ada Lovelace, hija del poeta Lord Byron y de la matemática Anne Isabella Noel Byron. Por sus aristocráticos orígenes pudo —en una época en la que no era habitual para la mujer dedicarse a labores intelectuales— relacionarse con personajes como Charles Dickens, Michael Faraday o Charles Babbage, con quien colaboró en su proyecto de máquina diferencial. Considerado como el primer computador y ella como la primera programadora de ordenadores, Ada Lovelace fue capaz de diferenciar conceptualmente datos y procesamiento, e incluso llegó a proponer el uso de tarjetas perforadas como método de entrada de información e instrucciones para la máquina.

Florence Nightingale y el nacimiento de la enfermería moderna 

Históricamente, sin embargo, el papel de la mujer ha estado circunscrito a ambientes muy determinados. El sector de la salud ha sido quizá el que ha contado con más mujeres en sus filas —Florence Nightingale, sin ser una académica, fue revolucionaria en su época—, sin duda por su labor en los conflictos bélicos.

Virginia Apgar, con los recién nacidos 

Virginia Apgar fue líder en su tiempo en anestesia y pediatría, y sus estudios redujeron de manera notable la mortalidad infantil: creó el llamado Test de Apgar, que se utiliza aún hoy día y que supuso un avance sin precedentes en neonatología.

Gertrude B. Ellion, la mujer que posibilitó el transplante de órganos 

Gertrude B. Ellion descubrió terapias curativas —como el Aciclovir— contra males como la gota, la malaria, el herpes o el cáncer. Compaginaba su trabajo en los laboratorios Burrough-Wellcome —hoy GlaxoSmithKline— y sus estudios de doctorado, hasta que por presiones del decano del Brooklyn Polythechnic Institute dejó los estudios: cuando recibió el Nobel en 1988 fue sin haber obtenido el doctorado. Y, sin embargo, desarrolló el primer agente inmunosupresor utilizado en trasplantes de órganos, uno de los mayores avances médicos en siglos.

¿Qué inventos han sido hechos por mujeres?

Pese a los múltiples ejemplos de grandes pensadoras e intelectuales, también ha habido mujeres capaces de concebir inventos que podrían considerarse prosaicos y que, sin embargo, han marcado —y marcan— la vida de millones de personas. En 1914, por ejemplo, Florencia Parpart inventó la nevera tal y como la conocemos hoy, pero no ha sido la única...

nueve inventos
Nueve inventos desarrollados por mujeres.

 VER INFOGRAFÍA: Nueve inventos desarrollados por mujeres [PDF] Enlace externo, se abre en ventana nueva.

Marion Donovan era otra mujer eminentemente práctica: cuando tuvo su primera hija ideó los pañales desechables, y siguió inventando: una jabonera que escurre el jabón, hilo dental con su funda...

Si algo comparten todas estas mujeres —académicas e inventoras, de una u otra época histórica— es una capacidad de superación y de creación, de desafío a las convenciones establecidas. Cuando Jocelyn Bell Burnell fue galardonada en 2018 con el Breakthrough en Física Fundamental, dotado con tres millones de dólares, dedicó el premio a establecer un fondo especial de becas para contrarrestar el "sesgo inconsciente en la comunidad de la Física que dificulta a mujeres, minorías étnicas y estudiantes refugiadas el convertirse en investigadoras".