Design Thinking

'Design Thinking': una forma distinta de pensar y hacer

Formación Competencias profesionales Trabajo colaborativo

Aunque la metodología no es nueva, el Design Thinking tiene cada vez más presencia en el mundo empresarial por su capacidad para generar innovación en el desarrollo de nuevos productos y servicios. ¿La clave? Es una forma distinta de pensar y hacer que, además de alumbrar ideas innovadoras, impulsa y refuerza el talento.

Design thinking
La teoría del 'Design Thinking' se desarrolló en la Universidad de Stanford (California) durante la década de los 70.

El Design Thinking —o pensamiento de diseño— es un método de trabajo que enfrenta y soluciona los retos y problemas que surgen en las empresas a base de creatividad, multidisciplinariedad y trabajo en equipo. De ese enfoque distinto, experimental y holístico puede surgir aquello que persiguen todas las compañías: la innovación. Sus múltiples aplicaciones tienen como límite nuestra propia imaginación y así nacen productos que cambian las reglas del juego.

Según los expertos, su origen se remonta a 1919, cuando el arquitecto alemán Walter Gropius creó la escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura de la Bauhaus. En ella comenzaron a establecerse muchas de las dinámicas que hoy se utilizan en el Design Thinking, como el trabajo en equipo, la eliminación de las jerarquías en el proceso de innovación o el enfoque del proyecto a las necesidades del usuario.

La técnica se desarrolló a nivel teórico en la década de los 70, en la Universidad de Stanford (California), y dos décadas después, en 1991, la consultoría de diseño norteamericana IDEO le dio el empujón definitivo al montar, por primera vez, equipos multidisciplinares —profesores, abogados, ingenieros y médicos— para trabajar en distintos proyectos, sentando así las bases del Design Thinking moderno.

Qué es y para qué sirve el 'Design Thinking'

Cuando hablamos de Design Thinking hablamos de una metodología que, llevada al ámbito empresarial, aboga por afrontar las dificultades —y también las oportunidades— tal y como los diseñadores afrontan los procesos de diseño. ¿Y cómo lo hacen? Primero, definen las necesidades de los usuarios centrándose en la persona y no en el producto. Para ello, utilizan la observación y la empatía. Segundo, establecen un enfoque de trabajo multidisciplinar durante todas las fases para generar soluciones innovadoras y disruptivas.

Las ideas que surgen de una metodología como el Design Thinking aportan valor al cliente y suponen una oportunidad de mercado para la empresa, pero también se puede aplicar para alumbrar mejores procesos de trabajo o definir nuevos modelos de negocio. Incluso, desde un punto de vista más práctico, sus dinámicas sirven para generar buen ambiente en la empresa, reforzar el trabajo en equipo o, por supuesto, impulsar la creatividad. "Si no lo puedes dibujar es que no lo entiendes", decía Einstein. Un problema que este metodología resuelve al desarrollar técnicas muy creativas que mezclan lo analítico y lo visual.

Fases del 'Design Thinking'

El proceso consta de cinco etapas claramente definidas:

  Empatizar
La fuente de información por excelencia son las personas y lo que estas experimentan en relación con un producto. Por eso, a diferencia de las técnicas tradicionales, que se valen de estadísticas, aquí es necesario conocer en profundidad las necesidades, problemas y deseos del usuario.

  Definir
Con la información obtenida en la etapa anterior, se realiza una criba y se selecciona aquello que aporta valor y puede llevar a alcanzar nuevas perspectivas y resultados innovadores. También se empiezan a identificar posibles problemas.

  Idear
Los diferentes enfoques de los equipos multidisciplinares son básicos para encontrar la idea que se llevará a la práctica. La clave está en fomentar la participación y no descartar nada a priori, porque a veces las ideas más peregrinas pueden acabar siendo disruptivas.

  Prototipar
Llega el momento de hacer las ideas realidad. Construir prototipos físicos o digitales —a través de impresoras 3D o software— convierten la idea en algo palpable que permite detectar problemas y encontrar soluciones sin incurrir en grandes costes.

  Testar
En esta última fase el usuario implicado en todo el proceso interactúa con el prototipo, y con su feedback nos ayudará a identificar fallos y carencias para hacer las mejoras o correcciones necesarias que den con el producto o servicio final.

Design thinking
¿Qué aspectos potencia el 'Design Thinking'?

  VER INFOGRAFÍA: ¿Qué aspectos potencia el 'Design Thinking'? [PDF] Enlace externo, se abre en ventana nueva.

Principales técnicas de 'Design Thinking'

Existen infinidad de técnicas para abordar el Design Thinking. A continuación, presentamos las más recurrentes:

  Mapa mental
Herramienta visual que ayuda a desarrollar una determinada idea, pensamiento o concepto. Según Tony Bouza, su creador, "favorece la fluidez, mejora el entendimiento y ayuda a fijar y entender ideas complejas". Solo hay que colocar en el centro del mapa la palabra o idea clave e ir conectándola con otras relacionadas.

  Customer Journey
Define las distintas actividades que desarrolla un usuario cuando usa un producto o servicio. Esas actividades pueden ir acompañadas de las necesidades del cliente para cada momento y de los touchpoints —o puntos de contacto— entre él y la empresa detrás del producto o servicio.

  Glocal
Es el acrónimo de global y local. Consiste en investigar y estudiar las tendencias actuales, tanto locales como globales, afines al reto planteado para aplicarlas o no al proyecto.

¿A qué esperas para empezar a aplicar el Design Thinking e impulsar tu talento?
 

  'Elevator Pitch'

  'Mindfulness', la técnica del aquí y ahora

  Las ventajas de la inteligencia colectiva