Redes eléctricas y transición energética

La inversión en redes eléctricas inteligentes, un pilar clave para impulsar la transición energética en el mundo

La Agencia Internacional de Energía (AIE) urge a duplicar la inversión global en redes eléctricas para asegurar la transición energética, y alerta, a su vez, de que la falta de recursos puede frenar el desarrollo previsto de las energías renovables al lastrar su conexión al sistema.

Las redes eléctricas, clave en la transición energética

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha subrayado, en un reciente informe, la urgencia de aumentar las inversiones en redes eléctricas a escala mundial para alcanzar los objetivos climáticos, facilitar la conexión de todas las renovables previstas y avanzar así en la transición energética. Según sus proyecciones, se deben destinar a este fin unos 600.000 millones de dólares anuales (más de 565.000 millones de euros) para el año 2030, lo que representa el doble de la cifra actual.

Además, este exhaustivo estudio, titulado Electricity Grids and Secure Energy Transitions Enlace externo, se abre en ventana nueva., revela la necesidad de añadir o renovar hasta 80 millones de kilómetros de redes hacia 2040. Este número equivale al total de las redes eléctricas que existen en todo el planeta hoy en día. 

Se trata del primer informe monográfico de redes publicado por el organismo en su historia, y el primer estudio mundial de este tipo. En él se destaca una preocupante "falta de ambición" en la inversión actual, lo que podría comprometer los objetivos climáticos y la seguridad energética. Según la AIE, resulta vital tomar medidas urgentes para evitar posibles complicaciones en el suministro eléctrico y la lucha contra el cambio climático.

"El reciente progreso en energía limpia que hemos visto en muchos países no tiene precedentes y es motivo de optimismo, pero podría correr peligro si gobiernos y empresas no se unen para garantizar que las redes eléctricas estén preparadas", ha avisado el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. "O invertimos en redes hoy o enfrentaremos una parálisis mañana".

En concreto, los proyectos de energía limpia en estado "avanzado" de desarrollo y a la espera de conexión a la red suman 1.500 gigavatios (GW) de potencia, según la AIE. El número supera en cinco veces la capacidad solar fotovoltaica y eólica agregada en 2022. 

El informe ofrece un balance global del estado actual de las redes eléctricas. En él se analizan varios indicadores que revelan que las redes no están siguiendo el mismo ritmo de desarrollo que la nueva economía energética global que está surgiendo y presentan el riesgo de que se conviertan en un cuello de botella para acelerar la transición energética y garantizar la seguridad eléctrica. 

Además, examina las mejoras urgentes que se requieren no sólo en la infraestructura física sino también en la forma en que se planifican y gestionan las redes, cuantificando los costes que supondrían para el sistema si se mantiene el retraso en el despliegue de la red eléctrica. Finalmente, proporciona recomendaciones clave para los reguladores, destacando lo que es necesario en áreas como la inversión, la regulación y la planificación.

 

Las eléctricas, el gigante silencioso de la transición energética

El trabajo confirma nuestra visión de que las redes eléctricas son el gigante silencioso de la transición. En línea con las conclusiones de la AIE, la compañía sostiene que las inversiones en estas infraestructuras deben duplicarse no sólo para 2030, sino que este ritmo debe mantenerse hasta 2050. En concreto, su análisis indica que por cada dólar invertido en energías renovables hasta 2050, debe haber otro dólar destinado a las redes.

Además, la AIE alerta sobre las consecuencias de no invertir a tiempo en la infraestructura adecuada y avisa de que las repercusiones de una inversión insuficiente ya son evidentes, con crecientes costes por congestión y vertidos renovables (es decir, electricidad generada por fuentes renovables que no puede ser utilizada). Si no se aborda esta situación, según su evaluación, las emisiones de CO2 podrían duplicarse, y la cuota de energías renovables podría reducirse del 60 % al 40 %.

 

Para contrarrestar estos desafíos, la AIE ha esbozado seis áreas clave de intervención regulatoria. Estas recomendaciones incluyen una actualización exhaustiva de la planificación de la red, desbloquear inversiones significativas, eliminar barreras para el desarrollo y expansión de la red, garantizar cadenas de suministro, maximizar las oportunidades ofrecidas por la digitalización y, por último, invertir en la formación y capacitación de una fuerza laboral cualificada.

 

Somos referentes mundiales en redes inteligentes

Para el Grupo Iberdrola las redes son un factor clave tanto para la electrificación de la economía como para la dinamización de los territorios en los que está presente. Además, es un referente mundial en redes inteligentes. La compañía considera los activos regulados —junto con las energías renovables— factores clave de su estrategia.

El Grupo Iberdrola opera uno de los sistemas de distribución más importantes del mundo, con más de 1,2 millones de kilómetros de distribución y transporte, más de 4.500 subestaciones y más de 1,6 millones de transformadores, construidos y operados para suministrar un servicio de alta calidad y fiabilidad a más de 34,40 millones de puntos de suministro de electricidad.

Por otra parte, en los últimos años desde el Grupo Iberdrola se han instalado cerca de 15 millones de contadores inteligentes a nivel mundial y se han incorporado a la red capacidades de telegestión, supervisión y automatización.