SIGNOGRAFÍA

Signografía sin barreras: braille

Acción social Diversidad Integración

La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor de 314 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de discapacidad visual, de las cuales 45 millones son ciegas. Esta población, al igual que la que ve, necesita leer y escribir para acceder a la información y a la comunicación escritas y, en particular, a la educación, la cultura, la actualidad y cualquier procedimiento o trámite que condicione su día a día. El braille o la signografía, a través del sentido del tacto, es el código que les permite alcanzar este objetivo fundamental. Pero, ¿qué es y cómo funciona?

QUÉ ES LA SIGNOGRAFÍA

El braille es una representación táctil que utiliza puntos para representar cada letra y cada número, e incluso símbolos musicales, matemáticos y científicos. Este sistema de escritura lo usan las personas ciegas o con deficiencia visual para leer los mismos libros y publicaciones que los impresos para la lectura visual, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta entidad afirma que el objetivo es “garantizar la comunicación de información importante para ellas y otras personas y representa competencia, independencia e igualdad”. 

La signografía no es solo un método de lectura y escritura. El braille es un medio de comunicación para las personas ciegas, según se manifiesta en el artículo 2 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y se considera pertinente en los contextos de educación, libertad de expresión y opinión y acceso a la información y la comunicación escrita, así como en el contexto de la inclusión social para las personas ciegas, como se refleja en los artículos 21 y 24 de la Convención. No se trata de un idioma, sino de un alfabeto reconocido de forma internacional.

ORIGEN DE LA ESCRITURA BRAILLE

Valentin Haüy, un funcionario francés que vivió durante el siglo XVIII, fundó en París la Institución Nacional para Jóvenes Ciegos, la primera escuela del mundo para los desprovistos de visión, e ideó un sistema para leer y escribir. Concebido para ser descifrado mediante el tacto, empleaba moldes de letras en posición inversa que, al empaparse de tinta, se presionaban sobre un papel húmedo. Al dar la vuelta a la hoja, los caracteres aparecían en relieve. Este sistema obligaba a los estudiantes a recorrer con sus dedos cada letra lentamente de principio a fin para formar palabras y frases.

Sin embargo, la verdadera universalización de un sistema de lectoescritura para ciegos llegó de la mano de Louis Braille, un joven francés que había perdido la visión tras sufrir un accidente con una herramienta del taller de artesanía de su padre. Gracias a una beca, ingresó en 1819 en la Institución Nacional para Jóvenes Ciegos y se decidió a perfeccionar el sistema creado por Haüy. 

Braille partió del trabajo de Charles Barbier, un capitán del ejército francés que dos décadas antes había inventado la escritura nocturna, un código de doce puntos en relieve desarrollado para que los soldados pudieran leer mensajes en el campo de batalla en la oscuridad, sin necesidad de encender linternas que alertaran al enemigo. El joven redujo los puntos a seis que, escritos en relieve y combinados entre sí, formaban las letras del alfabeto, los números e incluso las notas musicales. El método de escritura braille se extendió con rapidez por Europa y Estados Unidos en 1879, año en que se acordó usarlo como sistema universal de enseñanza en todas las escuelas para ciegos. 

CÓMO FUNCIONA EL ALFABETO BRAILLE

El braille se lee con los dedos de ambas manos, principalmente con los índices. La signografía se basa en seis puntos en relieve, organizados en un símbolo generador, es decir, una matriz de tres filas por dos columnas, que convencionalmente se numeran de arriba abajo y de izquierda a derecha. La combinación de los seis puntos permite obtener 64 combinaciones diferentes, incluyendo la que no tiene ningún punto, que se utiliza como espacio en blanco. La presencia o ausencia de puntos determina la letra, el número o la simbología prevista para ser leída. Además, es necesario utilizar signos complementarios que, antepuestos a una determinada combinación de puntos, convierten una letra en mayúscula, cursiva, número o nota musical.

La escritura braille se desarrolló para representar el alfabeto latino, concretamente el francés, con sus particularidades concretas (diacríticos y cedilla). Pero sus características actuales dependen de los alfabetos de las diferentes lenguas:

•  Los idiomas con alfabeto latino usan el mismo braille. Una “A” se representa con la misma combinación de puntos.
•  Si el idioma usa el alfabeto latino con diacríticos (tildes, cedillas, etc.) u otras letras (por ejemplo, la “ñ” del español o la “ß” o eszett del alemán), usará algunos caracteres específicos. Como las combinaciones son limitadas, es posible que un símbolo represente letras diferentes dependiendo del idioma. Por ejemplo, la “ñ” española usa el mismo símbolo que la “ï” en otros idiomas.
•  Si el idioma no usa el alfabeto latino, pero sí otro por fonemas (griego, cirílico, árabe, hebreo), se usa el símbolo braille que corresponde a su sonido equivalente en el alfabeto latino. Es decir, la letra griega alfa o la hebrea alef se representan con el símbolo braille de la “A”.
•  En las lenguas que usan otro tipo de caracteres, como ideogramas o sílabas (chino, japonés, coreano), los símbolos braille se reasignan completamente (japonés, coreano) o se transcriben fonéticamente (chino).
•  Algunos símbolos braille que no corresponden a ninguna letra en un idioma concreto, se pueden utilizar para representar dígrafos, abreviaturas o palabras comunes. Por ejemplo, en inglés hay símbolos para palabras como and, for o the y para dígrafos como como sh, th o ea.

El braille puede ser reproducido a mano usando una plancha y un punzón, de manera que cada punto es generado en el dorso de la página, escrito en posición inversa. También se pueden imprimir con una máquina de escribir Braille, con una impresora braille conectada a un ordenador o mediante un dispositivo braille. Además de la signografía, las personas con discapacidad visual pueden usar otras tecnologías inclusivas como lectores de pantalla.

  VER INFOGRAFÍA: Cómo funciona el sistema braille [PDF]

LA IMPORTANCIA DEL BRAILLE COMO ELEMENTO DE INCLUSIÓN

La ONU señala que las personas con discapacidad visual corren un mayor riesgo que otras de terminar en la pobreza, de gozar de peor salud y de encontrarse con obstáculos para acceder a la educación y al empleo. En este sentido, la Asamblea General decidió en 2018 proclamar el 4 de enero como el Día Mundial del Braille, festividad que se empezó a celebrar un año después. La elección de la fecha no es casual, ya que coincide con el nacimiento del creador del sistema, Louis Braille, el 4 de enero de 1809. El objetivo es poner de manifiesto que facilitar el acceso a la lectura y la escritura es un requisito esencial para que las personas con discapacidad visual disfruten plenamente de los derechos y las libertades fundamentales y puedan vivir de manera digna y plena.