Acuerdo de París 2015 y la COP21

Puntos clave del Acuerdo de París

Transición energética Acción climática

La Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) que se celebró en 2015 en París se convirtió en un hito histórico con la aprobación del Acuerdo de París. Por primera vez tanto los países desarrollados como en vías de desarrollo se comprometían a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para luchar contra el cambio climático. Descubre en qué consiste este acuerdo, cuáles son sus puntos clave, los países que forman parte del mismo y cómo contribuye a la transición energética.

Acuerdo de París
El entonces secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en 2016 durante una reunión de alto nivel para debatir la aplicación del Acuerdo de París sobre el Clima en Nueva York.

La lucha contra el cambio climático —uno de los mayores retos que enfrenta la humanidad por sus implicaciones ambientales y sus graves consecuencias en la sociedad y la economía global— consiguió hace ya más de una década poner de acuerdo a casi todo el mundo. Los representantes de cerca de 200 países, reunidos en la COP21 celebrada en 2015 en París, adoptaron el primer acuerdo global para frenar el calentamiento global provocado por el ser humano con sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): el Acuerdo de París. En este encuentro, Francia desempeñó un papel protagonista al acercar las posiciones y facilitar la búsqueda de un consenso dentro de las Naciones Unidas y en la Unión Europea, que ocupa un lugar relevante en las negociaciones sobre el clima.

Este acuerdo, que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016, es histórico por su carácter universal y por la trascendencia de los compromisos y objetivos que contiene. Desde el origen de las Conferencias de las Partes y hasta ese momento, ningún acuerdo internacional había logrado comprometer tanto a los países desarrollados como en vías de desarrollo para reducir las emisiones.

En 2020 el Acuerdo de París sustituyó al Protocolo de Kioto como principal acuerdo climático internacional, vigente hasta ese momento. La principal diferencia de aplicación es que en el Protocolo de Kioto todos los países mantenían objetivos de reducción de emisiones conjuntos, mientras que el Acuerdo de París permitía a los países establecer sus propios proyectos y metas de manera individual. Otra gran diferencia es que el Acuerdo de París se considera voluntario. No obstante, la presentación de compromisos es vinculante, involucra a todas las Partes y, por vez primera, a actores no estatales como gobiernos regionales y locales, empresas y la sociedad civil en general.

Los ocho puntos clave del Acuerdo de París

El Acuerdo de París, adoptado mediante la decisión 1/CP.21External link, opens in new window. , cubre áreas cruciales necesarias para combatir el cambio climático. Estos son algunos de los puntos clave del Acuerdo de ParísExternal link, opens in new window. :

Punto clave 1: meta de los 2º C

El acuerdo establece el ambicioso objetivo de mantener el calentamiento global “muy por debajo” de los 2° C y redoblar los esfuerzos para limitar el aumento de temperatura a  1,5° C por encima de los niveles pre-industriales. 

Punto clave 2: punto máximo y neutralidad climática

Para alcanzar este objetivo de temperatura, las Partes se propusieron alcanzar cuanto antes el punto máximo de las emisiones de GEI a nivel mundial —teniendo en cuenta que los países en desarrollo tardarían más tiempo en alcanzarlo—. A partir del año 2050 los países deben tener cero emisiones netas tan pronto sea posible.

Punto clave 3: mitigación

Los países desarrollados deben seguir asumiendo el liderazgo mediante el establecimiento de objetivos de reducción absolutos que involucren a toda la economía, mientras que los países en desarrollo deben seguir promoviendo la mitigación. Además, el acuerdo permite el uso de los mercados para que los países colaboren entre sí a través de los “resultados de mitigación de transferencia internacional” (ITMOs por sus siglas en inglés). Un ejemplo de este caso sería un acuerdo de colaboración entre dos países para la compraventa de unidades de mitigación.

Punto clave 4: sumideros y depósitos

El Acuerdo de París también alienta a las Partes a conservar y mejorar los sumideros y depósitos de GEI, como los bosques, para compensar las posibles emisiones que produzcan.

Punto clave 5: necesidad de adaptación y reducción de pérdidas y daños

El acuerdo reconoce que la adaptación es un reto mundial y establece que los países han de aplicar procesos nacionales de planificación y vías de adaptación para el fortalecimiento de la resiliencia y la minimización de la vulnerabilidad al cambio climático. Además, se destaca la necesidad de evitar, reducir al mínimo y hacer frente a las pérdidas y los daños relacionados con los efectos adversos del cambio climático —por ejemplo, los derivados de los fenómenos meteorológicos extremos—.

Punto clave 6: financiamiento climático y transferencia de recursos tecnológicos

Según el acuerdo, los países desarrollados tienen la obligación de apoyar financieramente los esfuerzos de los países en desarrollo para construir un futuro limpio y resistente al clima. Se alienta también por primera vez a otras Partes a que presten o sigan prestando ese apoyo de manera voluntaria. Además, se reafirma la necesidad de cooperar internacionalmente en el desarrollo y la transferencia de tecnología para el clima.

Punto clave 7: fomento de la educación

El pacto reivindica la importancia de reforzar la educación, la formación y la sensibilización en materia de la sostenibilidad medioambiental, así como de la participación del público y el acceso a la información sobre el cambio climático.

Punto clave 8: impulso a la transparencia

El Acuerdo de París se sustenta sobre un sólido sistema de transparencia y contabilidad para proporcionar claridad sobre las medidas y el apoyo de las Partes. Además de presentar información sobre mitigación, adaptación y apoyo, el acuerdo exige que la información presentada por cada Parte sea objeto de un análisis internacional de expertos técnicos. 

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Acuerdo de París.

 VER INFOGRAFÍA: Acuerdo de París [PDF]

Países que forman parte del acuerdo

En el momento en el que el Acuerdo de París entró en vigor en 2016, contó con la ratificación de 55 países que representaban al menos el 55 % de las emisiones mundiales. Desde entonces, más países han continuado ratificando. En 2024, el Acuerdo de París ya cuenta con el respaldo de 195 países.

El Acuerdo de París exige a todas las Partes emprender todos los mecanismos posibles por medio de contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) y que redoblen sus esfuerzos progresivamente para frenar el cambio climático. Esto supone que todas las Partes que han ratificado el acuerdo deben informar periódicamente sobre sus emisiones y sobre sus contribuciones medioambientales. Además, el acuerdo establece un balance mundial cada cinco años para evaluar el progreso colectivo hacia los objetivos establecidos y para informar sobre las nuevas medidas adoptadas por las Partes.

El Acuerdo de París y su contribución a la descarbonización de la economía

Desde la firma del Acuerdo de París, ha habido importantes avances en la implementación de sus preceptos. Los países han presentado sus NDC, es decir, sus planes detallados sobre cómo cada país en concreto reducirá sus emisiones y cómo se adaptará a los impactos del cambio climático. Además, se ha impulsado la movilización de fondos para apoyar a los países en desarrollo en la implementación de acciones climáticas. Un ejemplo es el Fondo Verde para el Clima, establecido en el marco del Acuerdo de París.

Sin embargo, los avances del acuerdo son insuficientes en cuanto a los plazos y objetivos fijados, como ha recordado en diversas ocasiones António Guterres, secretario general de Naciones Unidas, que insiste en la necesidad de reforzar la ambición, la determinación y la rapidez al actuar. 

Uno de los principales retos es precisamente la falta de ambición en las NDC presentadas por los países. Según diversos análisis, las aportaciones actuales no son suficientes para limitar el calentamiento global e, incluso, este está aumentando. De hecho, si no se reducen rápidamente las emisiones de dióxido de carbono, el mundo tiene un 50 % de posibilidades de alcanzar 1,5 ºC de calentamiento antes de 2030, según un estudio dirigido por investigadores del Imperial College de LondresExternal link, opens in new window.  publicado en la revista Nature Climate Change.

Otro gran desafío es la gran brecha que existe entre los recursos económicos necesarios para implementar acciones climáticas en los países en desarrollo y los disponibles. Además, el contexto político internacional ha supuesto importantes limitaciones. Un ejemplo fue la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París en 2020 bajo el gobierno de Donald Trump, considerado un hecho preocupante al tratarse de uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del mundo. Con la posterior administración de Biden, el acuerdo se retomó pero la posibilidad de retirada de países con importantes emisiones preocupa a la comunidad internacional.

Por la transición energética

En la situación actual de crisis climática, el impulso de la transición energética se ha convertido en la solución necesaria para lograr los objetivos climáticos y de seguridad energética, establecidos en los diferentes acuerdos, políticas y alianzas climáticas internacionales. El objetivo de este proceso es transformar el sistema energético actual apoyado fundamentalmente en los combustibles fósiles en un modelo eléctrico basado en energías renovables y otras formas de reducción de emisiones.

En Iberdrola estamos comprometidos a abanderar esta transición, un reto que emprendimos hace ya más de dos décadas cuando situamos la lucha contra el cambio climático en la base de nuestra estrategia. Nuestras ambiciosas metas climáticas junto con las importantes inversiones, realizadas y previstas, para alcanzarlas, así como la implicación activa en foros, alianzas y organizaciones internacionales de defensa medioambiental, nos han permitido priorizar la transición hacia la neutralidad climática en todos los ámbitos de nuestra actividad. Somos conscientes de que estamos en una década decisiva para cumplir los objetivos  del Acuerdo de París y de que la implicación hacia una sociedad descarbonizada es tarea de todos.