La adaptación al cambio climático
Cómo incorporar la adaptación al cambio climático, un reto urgente y necesario para las próximas décadas
Redes eléctricas Acción climática Energías renovables
Olas de calor extremas, incendios, sequía y desertificación son algunos de los efectos del calentamiento global de la Tierra con los que estamos conviviendo ya y que irán en aumento tanto en frecuencia como en intensidad. Ante este escenario se hace imprescindible que luchemos contra el cambio climático no solo a través de la mitigación, sino tomando las medidas necesarias para adaptar nuestro entorno a esta nueva realidad, tratando de minimizar los impactos negativos.

Los recientes eventos climáticos que hemos presenciado en nuestro planeta nos han dejado claro que, en paralelo con acelerar la reducción de emisiones, la adaptación al cambio climático es más urgente que nunca. Los fenómenos meteorológicos extremos como la DANA en España o el huracán Helena en los Estados Unidos, ocurridos en 2024, son solo algunos de los últimos desastres que muestran que las consecuencias del cambio climático son una amenaza del presente y la ciencia avisa de que el cambio climático puede intensificar y hacer más frecuentes estos eventos.
Todo esto ocurre en un contexto donde el aumento de la temperatura global sigue batiendo récords. Los últimos datos divulgados por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (CS3) confirman esta nueva realidad: el periodo 2015-2024 fue la década más cálida registrada en la historia. El mismo estudio también afirma que el año 2024 fue el primero en el que se superó un aumento de 1,5 °C de media respecto a los niveles preindustriales, aumento que no se debería sobrepasar a finales de siglo para evitar los peores efectos del cambio climático. Además, el incremento de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera tiene impactos en otros elementos como la subida del nivel del mar, la acidificación del océano, las olas de calor marinas, la reducción de la criosfera, etc.
Ante esta situación, es fundamental no solo abordar la mitigación del cambio climático, sino también adoptar medidas que permitan soportar mejor y minimizar los efectos de estos impactos así como proteger a las comunidades y colectivos más vulnerables, ya que se espera que estos fenómenos sean cada vez más frecuentes.
¿Qué es la adaptación al cambio climático?
Es cierto que se están realizando esfuerzos en diversas partes del mundo para frenar el calentamiento global, si bien esta tendencia persistirá debido a la inercia del sistema climático de nuestro planeta. Precisamente por esta razón, es fundamental acelerar lo que se conoce como la adaptación al cambio climático. Pero, ¿qué significa exactamente este concepto?
Según la definición de las Naciones Unidas, la adaptación al cambio climático puede entenderse como el proceso de “ajustar los sistemas ecológicos, sociales o económicos en respuesta a los estímulos climáticos reales o previstos y sus efectos o impactos”. En otras palabras, son las medidas que los países, comunidades y agentes en general necesitan poner en marcha para incrementar la resiliencia de sus estructuras frente a los efectos del cambio climático, con el objetivo de reducir, evitar o resistir los potenciales impactos que este proceso puede causar.
Estas medidas pueden ser aplicadas a diversos sectores, como las infraestructuras, la planificación urbana, la agricultura o la biodiversidad, y requieren un proceso continuo con la colaboración de gobiernos, sector privado, sociedad civil y comunidades locales. Ejemplos de adaptación incluyen:
Plan de acción climática
Iberdrola lidera el camino hacia una economía descarbonizada.
Comprometidos con los ODS
Nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
ODS 13: Acción por el clima
Contribuimos activa y decididamente a un futuro sostenible y bajo en carbono.
Economía del cambio climático
El cambio climático es una seria amenaza para la economía mundial.
Programa Árboles
El programa de Iberdrola prevé plantar 20 millones de árboles para 2030.
La adaptación al cambio climático en el sector energético
En los últimos años, la estrategia de adaptación ha ocupado más espacio en la agenda climática, sobre todo después de la firma del Acuerdo de París en 2015 –en su artículo 7 la define como "un reto mundial que incumbe a todos, con dimensiones locales, subnacionales, nacionales, regionales e internacionales"–. Uno de los sectores que más ha avanzado en la incorporación de planes de adaptación es el sector energético.
Según un estudio realizado por S&P Global, la mayor proporción de empresas que cuentan con planes de adaptación se encuentra precisamente en los sectores de utilities (40%) y energía (30%). Además, dentro del sector de utilities, las empresas de electricidad son las que más adoptan medidas para adaptarse a la nueva realidad (62%), seguidas por comercializadoras de agua (23%) y gas (15%).
Eso solo refleja la importancia del sector energético en la adaptación del planeta al cambio climático. Y es que la hoja de ruta de la transición energética hacia un modelo descarbonizado, más seguro, más eficiente, más competitivo y más resiliente, implica también que todas las infraestructuras deben estar preparadas para el contexto futuro y por ello, toda compañía del sector debe disponer de unos activos y unos sistemas capaces de hacer frente a la variación en las condiciones climáticas. Es decir, una infraestructura resiliente al clima que esté diseñada, construida y operada de manera que se anticipa, se prepara y se adapta a las condiciones climáticas cambiantes.
VER INFOGRAFÍA: Adaptación al cambio climático en el sector energético [PDF]
El papel de las empresas
El sector privado juega un papel clave en la adaptación a la situación de emergencia climática. Aprovechar el enorme potencial del sector empresarial es una de las claves para actuar frente a los impactos derivados del calentamiento global. En este sentido, el abanico de actuación de las organizaciones es amplio, desde la elaboración de políticas internas basadas en objetivos operacionales y de sostenibilidad hasta la colaboración con terceros.
Entre las diversas políticas y enfoques que una empresa puede considerar, están las políticas de capital natural. Son ellas las responsables de gestionar los desafíos medioambientales y de cambio climático y la pérdida de biodiversidad, contribuyendo a que las organizaciones doten a su actividad de la resiliencia necesaria para hacer frente a los impactos del cambio climático.
En Iberdrola contamos con una Política de acción climática actualizada que incorpora la adaptación como uno de sus ejes. Entre sus líneas de acción prioritarias, está el análisis de los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático en el ámbito de la transición energética, así como los riesgos físicos, e integración de la ciencia del clima y los criterios de adaptación y resiliencia, para reducir o evitar los potenciales impactos del cambio climático en nuestra actividad.
Iberdrola, comprometida con adaptación al cambio climático
Iberdrola lleva más de 20 años apostando por la transición energética y es consciente de la contribución de su actividad a la acción climática. Por un lado, a través de la acción de mitigación, reduciendo emisiones e invirtiendo en renovables, almacenamiento y redes inteligentes. Y por otro, y de forma simultánea, integrando la adaptación al cambio climático y la resiliencia en sus procesos y actividades. Dos perspectivas que se integran como elementos clave para avanzar hacia un modelo energético descarbonizado, sostenible y resiliente.
El compromiso de Iberdrola con la excelencia en sus operaciones y la calidad de suministro también hace que, ante el impacto del cambio climático, se analicen y se tomen las medidas necesarias para mantener nuestros estándares. Iberdrola cuenta con diversas iniciativas capaces de mejorar la resiliencia de sus instalaciones frente a los posibles efectos del cambio climático y sigue trabajando bajo un enfoque de mejora continua y teniendo en cuenta la evolución de la ciencia para reforzar la integración de la variable cambio climático en sus operaciones. Estos son algunos ejemplos:
Sistemas predictivos de anticipación
- Meteoflow: esta herramienta tiene como propósito fundamental la predicción de la producción eléctrica de las instalaciones renovables en diferentes países. Sin embargo, en los últimos años, Meteoflow ha incorporado la funcionalidad de previsión de fenómenos meteorológicos extremos. Una de sus capacidades más destacadas es la alarma de generación de hielo, que permite una actuación con anticipación, movilizando al personal previamente, localizando grupos electrógenos y utilizando drones y helicópteros para inspección.
- Domina: este sistema permite la monitorización periódica de la operación de los sistemas, facilitando la detección temprana de posibles fallos. Gracias a esta herramienta, Iberdrola puede anticiparse a los problemas, mejorar su capacidad de respuesta y realizar reparaciones de forma más eficiente y menos costosa.
Digitalización y automatización
Dotamos nuestras redes de transporte y distribución eléctrica de una infraestructura más inteligente, un salto tecnológico clave en nuestra apuesta por mejorar la resiliencia de las líneas eléctricas. El incremento del grado de automatización de la red de media tensión mejora los tiempos de identificación, aislamiento y reposición de las incidencias.
Actuaciones de diseño y operación
- Soterramiento de redes aéreas: en aquellas zonas expuestas a eventos climáticos extremos o con un mayor riesgo de sufrir impactos debido a su situación geográfica, hemos llevado a cabo el soterramiento de redes aéreas para aumentar la resistencia de su infraestructura.
- Mantenimiento y poda de vegetación: la mejora de los planes de mantenimiento de la vegetación bajo las líneas aéreas es una medida crucial para prevenir daños por caída de árboles durante fenómenos meteorológicos adversos.
- Sistemas de emergencias y alerta temprana: hemos incorporado el uso de drones y sistemas de inspección LIDAR, que emplean rayos láser para la evaluación detallada de sus instalaciones y una detección más precisa de posibles daños.
- Mejoras del diseño de instalaciones: la compañía ha incorporado nuevos materiales capaces de soportar altas temperaturas y ha diseñado subestaciones y centros de transformación que pueden mantener el servicio incluso en condiciones extremas como inundaciones o incendios. Además, ha adaptado sus equipos a las condiciones específicas de cada emplazamiento, como la instalación de turbinas resistentes a tifones o fuertes vientos.
Análisis de riesgos físicos
La compañía ha desarrollado un sistema de análisis de riesgos basado en los escenarios climáticos del IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), que evalúa los posibles impactos del cambio climático sobre todas las instalaciones del grupo. El análisis se aplica tanto a nivel global como en los dosieres de inversión de proyectos específicos, asegurando que las futuras iniciativas estén alineadas con las mejores prácticas de adaptación al cambio climático.





