Corredor verde

Corredores verdes, ¿cómo cuidar del medio ambiente en las ciudades?

Transformación social

Las ciudades apuestan cada vez más por la sostenibilidad y, en ese proceso, tienen mucho que decir los corredores verdes urbanos. De forma resumida, se refiere a una franja con una importante presencia de vegetación que une zonas naturales destacadas de la ciudad. Además, aportan numerosas ventajas: aumento y protección de la biodiversidad, mitigación del efecto isla de calor, reducción de la contaminación atmosférica y acústica, etc.

Los corredores verdes se han revelado útiles para reducir la contaminación atmosférica de las ciudades.
Los corredores verdes se han revelado útiles para reducir la contaminación atmosférica de las ciudades.

Según datos de la ONU, el 55 % de la población mundial vive hoy en ciudades. Dentro de tres décadas, en 2050, el porcentaje será del 68 %, es decir, alrededor de 6.600 millones de personas residirán en entornos urbanos, muchos de ellos megaciudades, con el consiguiente aumento de la contaminación atmosférica, uno de las principales causantes del cambio climático.

Ante tal evidencia, lograr que las ciudades sean lugares cada vez más eficientes, pero también más habitables y sostenibles es clave para el planeta. No en vano, el desarrollo de ciudades sostenibles es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente el ODS 11, promovidos por la ONU. En este contexto, los corredores verdes —también llamados corredores ecológicos—, junto al resto de infraestructuras sostenibles, tienen mucho que aportar.

Qué es un corredor verde y para qué sirve

Según Jack Ahern, uno de los precursores de la corriente internacional de corredores verdes, son elementos lineales del paisaje, planificados o no, que permiten desempeñar múltiples usos de carácter ecológico, social, cultural y cualquier otro compatible con un uso sostenible de la tierra. El trabajo de Ahern plantea la posibilidad de que se transformen en corredores componentes del paisaje natural, como cursos naturales de agua o vías de tren en desuso, entre otras, a través de procesos de restauración o construcción.

Sea cual sea el punto de partida, el objetivo de un corredor verde siempre es unir zonas naturales importantes de una ciudad mediante una franja o pasillo caracterizado por tener una amplia vegetación. De esta manera, se crea una especie de esqueleto capaz de articular ciudades más verdes y saludables. En su interior, pueden desarrollarse zonas de recreo, espacios culturales, instalaciones deportivas o huertos urbanos.

Características de un corredor verde

A la hora de desarrollar un corredor verde es imprescindible tener en cuenta factores como la disponibilidad del espacio, las peculiaridades del propio medio urbano o, incluso, la accesibilidad para las personas. Partiendo de esa base, aunque probablemente no haya dos iguales en el mundo, la mayoría reúnen unas características similares:

 Son multipropósito y multifunción, es decir, en el mismo espacio se pueden compatibilizar usos medioambientales, deportivos, culturales, recreativos, estéticos, etc.

 Están orientados hacia un desarrollo sostenible, asumiendo tanto la protección de la biodiversidad como el impulso socioeconómico.

 Dada su configuración lineal, favorecen el movimiento, el flujo y el intercambio, además de conectar elementos paisajísticos a distintas escalas.

 Representan una estrategia espacial diferente, alineada con la Nueva Agenda Urbana propuesta por la ONU ya en 2016.

Un corredor verde inteligente.
Un corredor verde inteligente.

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Beneficios de los corredores verdes

Si nos centramos en los beneficios para el medio ambiente, los más importantes son:

  • Al contar con más zonas verdes, incrementan la biodiversidad en el entorno urbano.
  • Impulsan una movilidad no contaminante: bicicletas o patinetes, por ejemplo.
  • Reducen la contaminación atmosférica y la contaminación acústica de la ciudad.
  • Ayudan a que no se formen islas de calor, bajando la temperatura de forma eficaz.
  • Contribuyen a una mejor gestión de las aguas pluviales, es decir, el agua de lluvia.

Uno de los aspectos más relevantes de los corredores verdes es que, además de los beneficios para el medio ambiente ya citados, generan también beneficios sociales, culturales y económicos. Por ejemplo: mejoran la calidad de vida de las personas favoreciendo la actividad física y el relax mental, impulsan la escena cultural al contar con auditorios al aire libre o edificios dedicados a exposiciones y, en muchos casos, son un reclamo turístico que redunda positivamente en la economía de las ciudades.

Ejemplos de corredores verdes

A continuación, recorremos el mundo para visitar algunos de los corredores verdes de referencia:

Manhattan Waterfront Greenway (Nueva York)

Se trata de un corredor de 51,4 kilómetros de longitud alrededor de la isla de Manhattan. Plagado de flores, árboles, arbustos, vías para caminar y carriles bici, según el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, ha mejorado notablemente la calidad de vida de los neoyorquinos. En la actualidad, cuenta con tres partes diferenciadas: Hudson River, East River y Harlem River.

Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca (Ciudad de México)

Este corredor combina aspectos prácticos y estéticos a lo largo de 4,5 kilómetros de una línea histórica de ferrocarril en desuso. Ocupa más de 17.000 m2 y contribuye, según las autoridades de la ciudad, a impulsar el balance imprescindible entre desarrollo económico y social, y entre preservación del patrimonio y potencial transformador, además de impulsar la sostenibilidad.

Madrid Río (Madrid)

Se trata de un enorme pasillo fruto del soterramiento de la M-30 (autopista de circunvalación) a su paso por la zona del río Manzanares. Se extiende a lo largo de varios kilómetros, desde El Pardo hasta Getafe, y a la finalización de su construcción en 2011 se habían plantado 33.623 árboles. Además, sirvió para incorporar un pulmón como la Casa de Campo al centro de la ciudad y mejorar la biodiversidad de la zona.

Cheonggyecheon (Seúl)

Una autopista elevada sobre un canal de agua en una de las zonas más céntricas de la capital surcoreana fue demolida a causa de la enorme cantidad de emisiones y ruido que generaba. En su lugar, se construyó un enorme parque lineal de más de 400 hectáreas que, entre otros beneficios, consiguió bajar la temperatura promedio de la zona en 3,6 ºC.