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Si hay algo que define a un país y lo hace único, es su cultura. Ver su arte, vivir sus tradiciones, probar su gastronomía y pasear por su historia son, sin duda, la mejor guía para descubrirlo y en eso, justamente, consiste el turismo cultural. ¿Te apuntas a un viaje a ciudades como Ámsterdam, Londres, París o Barcelona?
Botellas de cristal, bolsas de plástico y otros residuos que acabarían llenando los vertederos o flotando en el mar se han convertido, de la mano de algunos creadores, en una forma de arte sostenible que denuncia la degradación del planeta y sorprende por su originalidad. Las posibilidades llegan hasta donde alcanza la imaginación.
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El arte y el medio ambiente apelan a la razón y los sentimientos. ¿Qué ocurre cuando los mezclamos? La respuesta está en el arte ambiental, un movimiento que practican artistas de diferentes disciplinas y que convierte la naturaleza en su inspiración —o materia prima— para transmitirnos su belleza y animarnos a preservarla.