ODS 12: Producción y consumo responsables

Apoyamos las fuentes locales y sostenibles de energía

Economía Empresa Eficiencia energética ODS

Nuestra contribución al ODS 12: Producción y consumo responsables

 El 87,1 % de las compras realizadas en 2022 fueron a suministradores locales.

 Más del 77 % de los proveedores principales del Grupo ya contaban con políticas de sostenibilidad a cierre de 2022, superando el compromiso adquirido de llegar a un 75 % en 2025.

 El 50,5 % de la producción energética de Iberdrola se realiza utilizando fuentes locales de energía, disponibles en el propio país en el que se genera la electricidad.

 Iberdrola ha sido la primera empresa que certifica la gestión sostenible de sus tres principales eventos corporativos con AENOR bajo un mismo sistema de gestión: la certificación ISO 20121. La Junta General de Accionistas desde 2016 y sus Presentaciones de Resultados y el Capital Markets & ESG Day desde 2022.

 Plan de Movilidad Sostenible para favorecer la implementación y extensión del vehículo eléctrico gracias al desarrollo de políticas y acciones concretas para movilizar a todos los actores implicados: administración, empresas, fabricantes de coches, etc.

 Iberdrola aprobó en 2022 su plan de Economía Circular a 2030, en el que se definen diferentes objetivos alineados con su modelo energético sostenible y los principios de la economía circular. 

¿Qué es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12: Producción y consumo responsables?

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 12 pretende cambiar el modelo actual de producción y consumo para garantizar un consumo responsable y eficiente de los recursos naturales, así como medios de producción sostenibles.

¿Por qué es tan importante el ODS 12: Producción y consumo responsables?

El progreso, por desgracia, va acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro la supervivencia del planeta. El consumo y la producción mundiales dependen del uso que se haga de los recursos naturales, por lo que es preciso que este se realice de manera eficiente.

Según datos de la ONU, el consumo nacional de materiales (CNM), que mide la cantidad de materiales extraídos directamente para satisfacer la demanda de consumo final en un país, no cesa de crecer, dejando en 2019 una huella material global de 95.900 millones de toneladas métricas.

Casi la tercera parte de toda la comida producida en el mundo —unos 1.300 millones de toneladas al año— acaba en el cubo de la basura, bien porque no se consume o bien porque se estropea debido a un transporte y unas prácticas de recolección deficientes. El sector de la alimentación consume, además, alrededor del 30 % de la energía en el mundo y es responsable de un tercio del total de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El consumo eléctrico doméstico y comercial es la segunda área de uso de energía que más rápidamente ha crecido en los últimos años, después del transporte. Al mismo tiempo, las subvenciones a los combustibles fósiles– que crean distorsiones en los mercados energéticos y obstaculizan la transición a alternativas no contaminantes y más sostenibles– han resurgido en los últimos años tras los desafíos impuestos por la pandemia de la COVID, primero, y la posterior crisis energética mundial desencadenada por la invasión rusa a Ucrania.

De seguir el ritmo de crecimiento, se necesitarán tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales en 2050, cuando se prevé que haya 9.600 millones de habitantes en la Tierra. Una producción y consumo responsables también pueden contribuir a mitigar las desigualdades y a una transición hacia una economía verde.

Por eso, es necesario promover una acción global y urgente para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Este es el motivo por el que la ONU ha establecido la producción y el consumo responsables como el ODS 12 de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados en septiembre de 2015 como parte de la Agenda 2030.

Metas del ODS 12: Producción y consumo responsables

Las metas concretas marcadas para el año 2030 son:

• Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en la venta al por menor y en las cadenas de producción y suministro.

• Disminuir la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización.

• Lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales.

• Lograr la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida.

• Promover prácticas de adquisición pública sostenibles.

• Estimular a las empresas, en especial a las grandes, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes.

• Ayudar a los países en desarrollo a fortalecer su capacidad científica y tecnológica para avanzar hacia modalidades de consumo y producción más sostenibles.

• Lograr un turismo sostenible, que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.

• Racionalizar los subsidios a los combustibles fósiles.