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El Grupo Iberdrola realiza diversas actuaciones encaminadas a la prevención y restauración de las zonas que se puedan ver afectadas por sus instalaciones en los principales países en los que opera.
La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano.
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Los activos naturales de la Tierra no son solo fundamentales para el desarrollo de la diversidad biológica, sino que también son básicos para el progreso económico y social de la humanidad. Por ello, inevitablemente existe una interacción directa e indirecta entre la actividad del Grupo y la biodiversidad.
Iberdrola ha sido la única eléctrica europea seleccionada en las 24 ediciones del prestigioso índice Dow Jones de Sostenibilidad, siendo considerada como una de las utilities más sostenibles del mundo. Entre otros factores, se valora el haber reducido más de un 20 % las emisiones directas en los últimos cinco años.
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El sistema de gestión ambiental de Iberdrola es un sistema sólido y bajo la premisa de una mejora continua, demostrándolo a través de diferentes certificaciones y verificaciones basadas en normas internacionales, y siempre validado por empresas certificadoras de referencia. Se muestran a continuación las certificaciones ambientales de Iberdrola por instalación/centro y estándar de certificación.
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En 2023, la potencia instalada de energía nuclear correspondió al 5 % de la capacidad total instalada del Grupo. La producción de electricidad a partir de energía nuclear ha supuesto el 14,1 % de la producción total (sin incluir la generación de vapor) y las ventas por producción de energía nuclear corresponden al 3 % del total de ventas del Grupo.
La operación y el desmantelamiento de las instalaciones nucleares generan residuos radioactivos y combustible gastado que es necesario gestionar de manera segura.