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La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano.
Los activos naturales de la Tierra no son solo fundamentales para el desarrollo de la diversidad biológica, sino que también son básicos para el progreso económico y social de la humanidad. Por ello, inevitablemente existe una interacción directa e indirecta entre la actividad del Grupo y la biodiversidad.
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Iberdrola ha sido la única eléctrica europea seleccionada en las 25 ediciones del prestigioso índice Dow Jones Best-in-Class, siendo considerada como una de las utilities más sostenibles del mundo. Entre otros factores, se valora el haber reducido más de un 30 % las emisiones directas en los últimos cinco años.
El sistema de gestión ambiental de Iberdrola es un sistema sólido y bajo la premisa de una mejora continua, demostrándolo a través de diferentes certificaciones y verificaciones basadas en normas internacionales, y siempre validado por empresas certificadoras de referencia. Se muestran a continuación las certificaciones ambientales de Iberdrola por instalación/centro y estándar de certificación.
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En 2024, la potencia instalada de energía nuclear correspondió al 5,6 % de la capacidad total instalada del Grupo. La producción de electricidad a partir de energía nuclear ha supuesto el 17 % de la producción total (sin incluir la generación de vapor) y las ventas por producción de energía nuclear corresponden al 3,6 % del total de ventas del Grupo.
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La operación y el desmantelamiento de las instalaciones nucleares generan residuos radioactivos y combustible gastado que es necesario gestionar de manera segura.
Nuestra gestión ambiental se basa en los principios de respeto al medio ambiente, diálogo con los grupos de interés y un único Sistema de Gestión Ambiental que actúa como marco común para la coordinación de los diferentes planes y medidas, así como en la transparencia de la información publicada sobre el impacto ambiental de la compañía.