Entrevista a David Purón
“El Global Smart Grids Innovation Hub de Iberdrola nos ha permitido validar nuestra tecnología en redes reales de distribución”
David Purón es CEO de Barbara, una start-up especializada en la seguridad de dispositivos inteligentes y conectados que cuenta con inversión y apoyo de Iberdrola a través de nuestro programa PERSEO. Sus soluciones de Edge AI industrial, aplicables a distintos sectores, suponen un paso adelante en las redes eléctricas inteligentes, impulsando la transición hacia un sistema eléctrico más eficiente y seguro.
Publicación: Diciembre de 2025
Tiempo de lectura: 19 minutos
La start-up española Barbara
Enlace externo, se abre en ventana nueva., a la vanguardia de la transformación digital en el sector energético, forma parte del portfolio de inversiones de PERSEO, el programa de innovación abierta de Iberdrola. Fundada en 2016 en Bizkaia, la compañía se especializa en soluciones de edge computing, IA industrial y ciberseguridad. Casi una década después, Barbara ha recibido una inversión de 2,5 millones de euros de Iberdrola y Caixa Capital Risc, lo que refuerza su expansión internacional y el fortalecimiento de las redes eléctricas inteligentes.
Entrevistamos al CEO de Barbara, David Purón, que nos cuenta cómo nació la compañía, los avances en inteligencia artificial (IA) y edge computing en este tiempo y cómo sus soluciones están impulsando la transición hacia un sistema eléctrico más eficiente y seguro. Nos habla, además, de su colaboración con Iberdrola, su proyecto en marcha con nuestro Global Smart Grids Innovation Hub y sus planes de crecimiento en Europa.
¿Cómo surge la idea de fundar Barbara?
El 20 de septiembre de 2016 se produjo el mayor ataque de denegación de servicio (DDoS) visto hasta entonces en Internet, “tirando” servicios globales como Amazon, Netflix, etc. El ataque se realizó tomando control de cientos de miles de dispositivos conectados para que atacaran las webs como un “ejército de bots”. Fue un aviso muy claro de lo vulnerable que podía ser un mundo con tantos elementos conectados a Internet. Justo en ese momento, el equipo fundador de Barbara acabábamos de vender nuestra anterior compañía y nos dimos cuenta de algo importante: teníamos un conocimiento profundo en ciberseguridad e IoT, y la oportunidad de crear una solución que ayudara a evitar que algo así se repitiera en el futuro.
De esa reflexión nació Barbara. Empezamos creando un sistema operativo seguro para proteger dispositivos IoT, Barbara OS, porque entendimos que la seguridad debía estar en la base, no añadirse después “a parches”. Con el tiempo, nuestros propios clientes fueron pidiéndonos más capacidades: no solo querían dispositivos seguros, también querían poder gestionarlos a distancia, actualizar software sin desplazarse y ejecutar aplicaciones cada vez más avanzadas en esos equipos. Así, casi de forma natural, Barbara OS se convirtió en el núcleo de un software mucho más completo.
Hoy nuestra tecnología permite que esos dispositivos conectados no solo estén protegidos, sino que además puedan ejecutar modelos de inteligencia artificial de manera segura. Es decir, llevamos la inteligencia “al borde” de la red, a los puntos donde ocurren las cosas. Podemos decir que el mercado nos empujó hacia el Edge Computing antes incluso de que se convirtiera en una gran tendencia.
Ahora en Barbara estamos en la vanguardia del Edge AI industrial: la combinación de Edge Computing e Inteligencia Artificial aplicada a entornos reales. Además, trabajamos con un ecosistema de más de 100 partners –desde fabricantes de hardware hasta desarrolladores de IA– para ofrecer proyectos completos llave en mano que ayudan a las industrias a operar de forma más segura, eficiente y sostenible.
¿Por qué son tan importantes estas tecnologías para mejorar la digitalización de las redes eléctricas inteligentes?
Porque las redes eléctricas están cambiando radicalmente. Antes eran sistemas más centralizados y predecibles. Hoy son redes muy distribuidas con muchísimos elementos conectados: energías renovables, baterías, coches eléctricos, sensores, contadores inteligentes… Todo eso genera una enorme cantidad de datos y exige decisiones rápidas y seguras.
En Barbara hemos desarrollado tecnología para capturar esos datos desde muchos puntos de la red y aplicar modelos de inteligencia artificial en tiempo real. La clave es que eso se hace directamente en los propios dispositivos instalados en la red eléctrica, sin tener que mandar información a la nube. Esto aporta dos ventajas enormes: rapidez (porque no hay esperas) y seguridad (porque los datos no salen de un entorno crítico).
A esta forma de trabajar la llamamos Edge AI Industrial. Es una pieza esencial para que las redes eléctricas puedan ser aún más “inteligentes”. Gracias a ello, las compañías pueden supervisar mejor lo que está pasando, anticiparse a problemas y gestionar una red muchísimo más compleja de forma eficiente.
En resumen: en Barbara estamos ayudando a que el sistema eléctrico sea más digital, más descentralizado, más seguro y mejor preparado para el futuro.
"En Barbara vemos la inteligencia artificial como el cerebro del sistema energético del futuro. Un sistema que será mucho más distribuido y con miles de decisiones que tomar cada minuto."
¿Cómo explicarías estas tecnologías a alguien que no está familiarizado con el sector? ¿Cómo mejoran el día a día de los usuarios y las empresas?
Nos gusta explicarlo con una idea sencilla: en Barbara instalamos “pequeños cerebros” en puntos clave de la red eléctrica. Son dispositivos parecidos a un ordenador, colocados en lugares como un parque solar, un molino de viento, una subestación eléctrica o un centro de transformación. Allí recogen datos del entorno y pueden ejecutar programas inteligentes, igual que un móvil ejecuta apps, pero en este caso para operar infraestructuras críticas automáticamente.
¿Para qué sirve eso en la práctica? Por ejemplo, un operador como Iberdrola puede enviar a miles de centros de transformación un modelo de inteligencia artificial que predice cuánta energía se va a necesitar durante las próximas horas. Con esa previsión, los equipos pueden ajustarse automáticamente para reducir pérdidas, evitar sobrecargas y asegurar un suministro más estable.
Y esto es solo un ejemplo. Lo que realmente hace especial a Barbara es que convertimos cada punto de la red en un cerebro “inteligente”, de forma que la red mejora continuamente con nuevas funciones, sin tener que reemplazar toda la infraestructura. El retorno de inversión para operadores eléctricos en esta tecnología es altísimo a corto y largo plazo.
¿Qué podemos hacer gracias a las redes inteligentes que antes no era posible? ¿Qué cambios veremos los usuarios si las redes eléctricas se digitalizan por completo?
Las redes eléctricas inteligentes ya traen beneficios obvios para la sociedad: menos cortes de luz, mejor calidad del suministro, una red capaz de integrar las energías renovables y la electrificación de coches o sistemas climáticos sin problemas. Pero como usuarios de la red, cuando esta esté totalmente digitalizada, el impacto será muy visible: una gestión mucho más activa del consumo y la producción.
Hoy la mayoría de usuarios consumen energía sin saber exactamente cuándo es más barata o más eficiente. Con redes inteligentes eso cambia. Imagina poder decirle a una aplicación: “quiero que mi coche eléctrico cargue solo cuando la energía sea más barata o más limpia”. La red coordina esa carga automáticamente para que no todos los coches de un barrio carguen a la vez y generen picos. Lo mismo ocurre con electrodomésticos o sistemas de climatización.
Otro ejemplo son las comunidades energéticas. Si un grupo de vecinos produce energía solar, una red inteligente puede gestionar el intercambio entre ellos de forma automática y segura, cumpliendo reglas claras. El consumidor deja de ser solo consumidor y pasa a ser “prosumidor”: alguien que produce, consume y decide cómo usar su propia energía.
En industria pasa algo parecido: mejor control, más eficiencia y mayor seguridad en procesos críticos. Las redes inteligentes permiten hacer cosas que antes eran imposibles porque la red no tenía una “visión digital” de lo que ocurría en tiempo real. Ahora sí puede tenerla, y adaptarse dinámicamente.
¿Cómo está contribuyendo la IA a la transformación del sector energético?
En Barbara vemos la inteligencia artificial como el cerebro del sistema energético del futuro. Un sistema que será mucho más distribuido y con miles de decisiones que tomar cada minuto.
En flexibilidad, la IA ya permite predecir mejor tanto la generación renovable (que depende del sol o del viento) como el consumo. Si sabes con antelación qué va a pasar, puedes ajustar la red a las condiciones reales de generación y consumo.
En gestión de la demanda, la IA analiza lo que ocurre en tiempo real y puede activar o desactivar recursos como baterías, cargadores o sistemas industriales según señales de la red o precios. Así se optimiza el consumo sin perder estabilidad.
Y en seguridad, la IA sirve para detectar anomalías o fallos incipientes. Es como tener un sistema que “nota” que algo no va bien antes de que se convierta en una avería real. Eso mejora muchísimo la resiliencia.
Lo importante es que, gracias al edge computing de Barbara, estas decisiones se toman localmente, con rapidez y sin depender de una conexión constante a la nube, lo cual es inviable en una red tan distribuida con millones de puntos conectados.
¿De qué manera sencilla se puede explicar el concepto de “nodo Edge” o “sistema operativo”?
Lo explicamos con algo que todo el mundo entiende: un ordenador. Un nodo Edge es, básicamente, un ordenador industrial instalado en un lugar concreto, por ejemplo, una subestación eléctrica o una fábrica. Como cualquier ordenador, tiene un sistema operativo, igual que tu portátil tiene Windows o tu móvil tiene iOS, este nodo tiene Barbara OS.
Sobre ese sistema operativo se pueden instalar aplicaciones de forma segura, actualizarlas a distancia, controlar versiones y asegurarse de que todo funciona bien. En Barbara OS disponemos de un “marketplace” con aplicaciones y modelos de IA pensados para optimizar infraestructuras críticas.
Así que la idea es simple: llevamos la lógica de “apps en tu móvil” al mundo industrial, pero con seguridad y robustez para operar redes eléctricas, agua o manufactura.
"Trabajar mano a mano con una de las utilities líderes del mundo nos ayuda a asegurarnos de que lo que desarrollamos responde a necesidades concretas y reales."
¿Qué beneficios le aporta a Barbara la colaboración con Iberdrola?
Para nosotros, colaborar con Iberdrola ha sido clave en varios sentidos.
Primero, el Global Smart Grids Innovation Hub nos ha permitido validar nuestra tecnología en redes reales de distribución: subestaciones, centros de transformación, etc. Trabajar mano a mano con una de las utilities líderes del mundo nos ayuda a asegurarnos de que lo que desarrollamos responde a necesidades concretas y reales.
Segundo, el Hub nos conecta con un ecosistema abierto de innovación, donde colaboramos con fabricantes, integradores y otras startups. Eso acelera muchísimo la creación de nuevos casos de uso y nos posiciona internacionalmente. Sin olvidar por supuesto el apoyo inversor de PERSEO, el instrumento de innovación abierta de Iberdrola, que nos está permitiendo crecer más rápido y competir de tú a tú en un mercado global.
¿Puedes dar unas pinceladas de en qué consiste alguno de vuestros proyectos en marcha con Iberdrola?
Uno de nuestros proyectos más relevantes con Iberdrola es el despliegue de nodos Edge de Barbara dentro del Global Smart Grids Innovation Hub.
Estos dispositivos ya están funcionando como concentradores virtuales de datos de contadores inteligentes. Recogen y analizan información en tiempo real sobre calidad de suministro, carga de transformadores o estado de activos. Eso permite tomar decisiones localmente, como equilibrar fases o detectar anomalías antes de que causen una interrupción.
Además, nuestra plataforma permite que no sólo I-DE –la distribuidora de Iberdrola en España– sino también terceros, puedan desplegar otros modelos de IA o aplicaciones sobre esos nodos, de manera remota y segura. Eso abre la puerta a que una subestación no tenga una sola función, sino muchas, y pueda ir mejorando sin cambiar hardware.
¿Qué otros proyectos tiene, a día de hoy, Barbara en el sector energético?
Además de Iberdrola, en Barbara trabajamos con varios operadores eléctricos dentro y fuera de España que buscan digitalizar y reforzar sus redes con inteligencia local.
Un proyecto muy destacado es el que desarrollamos con Redeia, el operador nacional del sistema eléctrico. Hemos virtualizado un osciloscopio de subestación -una herramienta que analiza señales eléctricas en tiempo real- convirtiéndolo en una aplicación digital que corre sobre nodos Edge en campo. Esto permite captar miles de muestras por segundo y acceder a esos datos de forma remota y segura ante una falla, sin depender del envío de brigadas al campo. En la práctica, reducimos el esfuerzo y tiempo en solucionar incidencias.
Otro caso de éxito es Aduriz Distribución, donde desplegamos nuestra tecnología en subestaciones de baja tensión. Con esto mejoran la monitorización en tiempo real y pueden añadir algoritmos de inteligencia local sin renovar hardware ni parar la operación.
A nivel internacional, estamos trabajando con ENEDIS en Francia en su laboratorio de innovación para explorar varios casos de uso relacionados con las redes inteligentes. Además, nuestras alianzas globales con integradores industriales como Tech Mahindra nos están permitiendo llevar la tecnología de Barbara a proyectos en todo el mundo. Ya tenemos clientes en 12 países, incluyendo por ejemplo aplicaciones en mantenimiento predictivo y seguridad en parques solares en India.
Barbara ha sido seleccionada en múltiples rankings internacionales, como el ‘Top 50 Edge Computing Companies to Watch 2025’ de STL Partners. ¿Qué metas de crecimiento podemos esperar?
Estos reconocimientos nos confirman que en Barbara nos hemos consolidado como uno de los actores más innovadores en Edge Computing y Edge AI industrial. También reflejan algo que vemos cada día: este mercado está en plena explosión.
Nuestras metas son muy ambiciosas:
- Seguir colaborando con Iberdrola e I-DE y otras grandes eléctricas para llevar innovación a redes reales, y desarrollar proyectos que aceleren la sostenibilidad del sistema eléctrico.
- Escalar globalmente nuestras operaciones, aumentando el número de nodos Edge gestionados y creciendo también en sectores como agua, recursos naturales o manufactura.
- Ampliar nuestro ecosistema de partners para superar las mil aplicaciones en el Barbara Marketplace.
- Consolidar alianzas estratégicas con integradores y fabricantes globales, como Tech Mahindra, para acelerar despliegues de Edge AI a escala mundial.
- Nuestro objetivo es claro: convertir a Barbara en una referencia europea y global de esta nueva transformación industrial basada en inteligencia en el Edge.

