Entrevista con Agustín Delgado Martín, director de Tecnología del Grupo Iberdrola

¿Cómo puede el sector energético europeo convertir una ambición compartida en acción colaborativa?

La ambición compartida se convierte en acción colaborativa cuando Europa adopta un enfoque holístico y garantiza la alineación entre todas sus estrategias, no solo en energía, sino también en digitalización, innovación e industria. La transición energética europea solo tendrá éxito si la ambición se acompaña de medidas concretas. Para lograrlo necesitamos: colaboración vertical y horizontal entre los actores clave de toda la cadena de valor de la energía, incluido el sector público, los proveedores tecnológicos y la industria; una visión común que integre la energía con los planes y prioridades digitales e industriales, de modo que Europa pueda liderar en competitividad, sostenibilidad y tecnología; financiación orientada a proyectos innovadores a gran escala y entornos de prueba regulatoria; identificar proyectos estratégicos dentro de los programas de inversión para infraestructura y resiliencia, incluidas redes inteligentes y sistemas de almacenamiento; simplificar y acelerar instrumentos de política industrial como los IPCEI, para impulsar proyectos críticos y fomentar la colaboración transfronteriza.

La innovación y la I+D son el eje de esta transformación. Europa debe promover el liderazgo tecnológico a través de la investigación colaborativa y pilotos a gran escala. Iberdrola impulsa la innovación abierta en colaboración con universidades, centros tecnológicos y grupos de interés, aprovechando un conocimiento profundo de las tecnologías para aportar alto valor a sus negocios. En un entorno global marcado por la aceleración tecnológica y la transición energética, la innovación tecnológica y la digitalización permiten anticipar desafíos, optimizar procesos y ofrecer soluciones de alto valor a clientes, empleados y socios. Así es como pasamos de las palabras a la acción y aceleramos la implementación real de soluciones innovadoras.

¿Qué debe hacer Europa para contar con una energía competitiva y resiliente en 2030?

Europa necesita acelerar el desarrollo de una red eléctrica más inteligente, robusta y digital, y garantizar que la infraestructura física y digital evolucione en paralelo para soportar sistemas energéticos activados por IA. De aquí a 2030, la competitividad y la resiliencia dependerán de varias prioridades:

• Incluir la electricidad entre las industrias estratégicas europeas. El sector es clave para electrificar el transporte, la industria y la climatización, y para habilitar aplicaciones de IA con mayor impacto sistémico, como la gestión en tiempo real de la red, el mantenimiento predictivo y la optimización de la demanda.
• Modernizar y digitalizar la infraestructura de forma paralela. Europa necesita redes inteligentes, almacenamiento a gran escala, sistemas descentralizados como microrredes y soluciones energéticamente eficientes para centros de datos, con el fin de integrar renovables y habilitar operaciones escalables y seguras impulsadas por IA.
• Prepararse para nuevos usos intensivos en electricidad. La demanda crecerá de manera significativa por los centros de datos, la inteligencia artificial, la robótica y los procesos industriales electrificados. Para atender esta demanda se requiere planificación anticipada y redes digitales y flexibles.
• Acelerar las inversiones anticipatorias y las interconexiones. Los programas coordinados y procedimientos más ágiles son esenciales para reducir cuellos de botella y preparar la red para las necesidades futuras.

Sin una red robusta, digital e interconectada, Europa no podrá aprovechar plenamente la electrificación, las renovables ni la innovación activada por IA, ni sostener la competitividad de otros sectores estratégicos.

Imagine que estamos en el 2030, ¿cómo es el mix energético europeo?

El objetivo europeo fijado en el Pacto Verde es alcanzar al menos un 42,5 % de renovables. En 2024 ya se producía un 46,9 % de electricidad renovable y las previsiones para 2030 sitúan esa cifra en torno al 50–57 %. Además, entre un 10–15 % seguirá siendo nuclear y menos del 1 % procederá del carbón. Todo ello depende, no obstante, de la voluntad de los responsables políticos para implantar medidas que impulsen la electrificación y los sistemas renovables.

¿Está el sector energético aprovechando al máximo la tecnología de IA actual?

La inteligencia artificial lleva décadas teniendo un impacto enorme en el sistema energético. Iberdrola lleva muchos años utilizándola en operaciones clave. Meteoflow, basado en algoritmos de aprendizaje automático, predice fenómenos meteorológicos —desde nieve, temperatura o humedad hasta incidencia solar, fuerza y dirección del viento— para estimar mejor la generación renovable y mejorar las operaciones de mantenimiento de red durante tormentas. La IA también se utiliza en la gestión de la red para asegurar que, cuando se produce una incidencia, el área afectada se aísle de inmediato y el resto de los clientes no sufran interrupciones.

Iberdrola ha desarrollado nuevos productos basados en IA, como su Asistente Inteligente Avanzado (ASA), que utiliza machine learning para optimizar el funcionamiento conjunto de diferentes soluciones inteligentes (vehículo eléctrico, autoconsumo solar y climatización). Las herramientas de IA generativa están en una fase inicial, pero muestran un gran potencial para automatizar grandes volúmenes de trabajo. En el futuro cercano complementarán la IA predictiva y operativa, mejorando la eficiencia y la experiencia del cliente a gran escala.

¿Qué papel tendrá la IA en la estrategia de experiencia de cliente de la compañía?

El foco de Iberdrola en el cliente ha llevado a adoptar la IA como una tecnología que permite ofrecer más y mejor información. Hemos diversificado servicios y ofrecemos recarga de vehículo eléctrico, climatización del hogar, autoconsumo residencial y otros servicios energéticos conectados a través de interfaces ágiles. Las recomendaciones basadas en IA ya se utilizan en la web y en distintos chatbots internos y externos. A medida que la IA avance y se consoliden sus pruebas, será inevitable que esté presente en la mayoría de nuestras interacciones con los clientes.

¿Qué práctica de sostenibilidad de la compañía le enorgullece más? ¿Y cómo ha reducido su huella de carbono personal?

En Iberdrola, lo que más nos enorgullece es nuestro compromiso a largo plazo con la electrificación como base de la sostenibilidad. En los últimos 25 años hemos invertido cerca de 175.000 millones de euros en energías renovables, redes inteligentes y almacenamiento para electrificar la economía y atender la creciente demanda.

Esta estrategia ha dado resultados: 100 millones de personas abastecidas con energía limpia, segura y competitiva; en 2024 evitamos 23,13 millones de toneladas de CO₂ y alcanzamos un 84 % de capacidad instalada libre de emisiones, prueba de que sostenibilidad económica y ambiental pueden avanzar juntas. 17.000 millones de euros en compras anuales a miles de proveedores que sostienen 500.000 empleos; 10.000 millones en contribución fiscal anual que impulsa el progreso social.

También hemos puesto en marcha un plan de inversión de 58.000 millones de euros para los próximos cuatro años para seguir avanzando en electrificación y autonomía estratégica. La colaboración entre empresas y gobiernos será clave para acelerar la acción climática y el cuidado del entorno.

En lo personal, reducir mi huella de carbono implica tomar decisiones conscientes cada día: movilidad de bajas emisiones, hábitos eficientes en casa y consumo responsable. La sostenibilidad es un esfuerzo colectivo y la trayectoria de Iberdrola demuestra que las grandes inversiones, combinadas con la responsabilidad individual, pueden construir un futuro más verde y competitivo.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan hoy los líderes energéticos?

Los líderes del sector afrontan un triple desafío: 

• Acelerar la transición energética manteniendo la seguridad de suministro y la asequibilidad. Integrar capacidad renovable masiva, electrificar transporte e industria y reducir emisiones requiere una coordinación sin precedentes.

• Modernizar la infraestructura para hacer redes más inteligentes, robustas y digitales. Las redes deben evolucionar en paralelo con la infraestructura digital para habilitar una gestión basada en IA, flexibilidad y resiliencia.

• Gestionar la incertidumbre y los riesgos sistémicos, desde la volatilidad de los mercados o las tensiones geopolíticas hasta las ciberamenazas y los impactos climáticos, asegurando a la vez el flujo de inversión y la estabilidad regulatoria.

El gran desafío no es solo técnico, es estratégico: construir un sistema energético resiliente, competitivo y digitalizado que sostenga el liderazgo industrial europeo y libere innovación y competitividad.

¿Cómo abordarán sus expertos estos desafíos en Enlit Europe en Bilbao?

En Enlit Europe en Bilbao, nuestros expertos mostrarán cómo Iberdrola afronta los retos de la transición energética mediante innovación, inversión y colaboración. Nos centraremos en cuatro áreas estratégicas:

• La electrificación como base de competitividad, seguridad y crecimiento económico: La demanda global de electricidad se duplicará en los próximos quince años por el transporte, la climatización, la digitalización y la IA. La electrificación es clave y cada país debe impulsarla con energías autóctonas para garantizar autonomía estratégica y competitividad.
• Acelerar las inversiones en redes y digitalización: Explicaremos cómo las inversiones anticipatorias en redes inteligentes y almacenamiento son esenciales para integrar renovables y permitir una gestión basada en IA. Europa necesita 1,2 billones de euros en redes, lo que exige retornos atractivos y un marco regulatorio que incentive la inversión. También es crucial reducir barreras administrativas y agilizar permisos, ya que la burocracia retrasa durante años proyectos que podrían completarse en poco más de uno.
• Políticas estables y fiscalidad racional: Reivindicaremos la necesidad de regulación previsible e incentivos para atraer capital a largo plazo. Una fiscalidad racional y la eliminación de regímenes asimétricos que favorecen a los combustibles fósiles son fundamentales para acelerar la transición.
• Talento y capacidades para el futuro: Abordaremos la transformación del talento, con recualificación a gran escala, fomento de perfiles híbridos que combinen capacidades digitales y conocimiento del sector y una mayor colaboración con universidades para asegurar un flujo bidireccional de talento.

Enlit será la plataforma para demostrar que la transición energética no es solo un cambio tecnológico, sino una oportunidad estratégica para la competitividad, la sostenibilidad y la creación de empleo en Europa.