Smart Farming y agricultura de precisión

'Smart farming': agricultura de precisión para alcanzar un mundo más sostenible

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Drones que monitorean cientos de hectáreas para evaluar la salud de cultivos y animales, sensores inteligentes que favorecen la detección temprana de plagas y sistemas automatizados que riegan, fertilizan y fumigan cada parcela de acuerdo a sus particularidades y a las previsiones meteorológicas. Estas son solo algunas de las virtudes del smart farming, el concepto que puede ayudar a erradicar el hambre en un futuro superpoblado.

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El 'smart farming' permite aumentar la calidad de la producción y minimizar el impacto medioambiental.

De acuerdo a los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2050 habrá en el mundo 9.700 millones de personas, o lo que es lo mismo, alrededor de 2.000 millones de bocas más a alimentar respecto a 2020. Este incremento, apunta la FAO —agencia de la ONU dedicada a la alimentación y la agricultura—, debería compensarse con un aumento del 70 % de la producción agrícola.

La situación plantea un serio reto a los Estados miembros de la ONU de cara a su compromiso con la Agenda 2030, concretamente con el ODS 2, cuya meta es acabar con el hambre en el mundo asegurando el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año. Y todo eso sin olvidar que, además, actualmente la industria alimentaria es responsable del 30 % del consumo energético mundial y de un 22 % de los gases de efecto invernadero. El reto, por tanto, no es solo producir más alimentos, sino hacerlo de modo sostenible.

QUÉ ES EL 'SMART FARMING' O AGRICULTURA DE PRECISIÓN

El smart farming consiste en la utilización de las nuevas tecnologías surgidas al albor de la Cuarta Revolución Industrial en el ámbito de la agricultura y la ganadería para aumentar la cantidad y la calidad de la producción, aprovechando al máximo los recursos y minimizando el impacto medioambiental. La implantación de la tecnología en la agricultura o la ganadería permitirá, además, reforzar la seguridad alimentaria en el mundo.

Gracias a estas nuevas tecnologías, un terreno de cultivo puede fraccionarse en tantas parcelas como diferencias internas tenga dicho terreno: variaciones en la composición del sustrato, existencia de depresiones, propensión al estancamiento de agua, presencia de depredadores o grado de porosidad, entre otras características, y aplicar sobre cada parcela un tratamiento personalizado para sacarle el máximo rendimiento. Esto es lo que también se conoce como agricultura de precisión.

LA AGRICULTURA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS

Entre las tecnologías que están revolucionando el presente y definirán el futuro de la agricultura, cabe destacar:

  Drones

Los drones simplifican las tareas de supervisión de las explotaciones al ser capaces de recorrer cientos de hectáreas en un solo vuelo recopilando, gracias a la tecnología infrarroja y a las imágenes multiespectrales, información heterogénea sobre el estado del terreno, las necesidades hídricas, el crecimiento de los cultivos, la existencia de depredadores o, en el caso de la ganadería, el número de animales, su peso y posibles anomalías como cojeras o movimientos extraños.

  IoT

El Internet de las Cosas permite optimizar el monitoreo de las explotaciones, principalmente, a través de sensores inteligentes capaces de medir desde la radiación solar hasta la humedad de las hojas y el diámetro de los troncos, o la temperatura de cada animal en el caso de la ganadería, facilitando la toma de todo tipo de decisiones de gestión.

  Big data

Gracias a la capacidad del big data para analizar datos masivos, los agricultores y ganaderos pueden gestionar toda la información obtenida a través de los drones, el Internet de las Cosas y demás instrumentos de medición, integrarla tanto con información histórica de la explotación como con información meteorológica y optimizar todas las fases del proceso de producción.

  Blockchain

El blockchain permite monitorear los cultivos y el ganado desde su crecimiento hasta el momento de entrega a los proveedores, mejorando, por ejemplo, la trazabilidad de la cadena de suministro. Al usar esta tecnología, si una hortaliza importada produce intoxicación a los consumidores se puede trazar fácilmente el origen del brote, retirando solo los productos afectados en lugar de prohibir la importación de hortalizas del país de origen.

  Inteligencia artificial

En agricultura, la inteligencia artificial y la robotización se usan principalmente para interpretar imágenes de los campos y aplicar con precisión quirúrgica fertilizantes, pesticidas o arrancar malas hierbas. Dentro de una granja, por ejemplo, permite identificar a través de micrófonos los gritos de lechones que están siendo aplastados por su madre y enviar una vibración a esta a través de un sensor para que se levante.

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Una granja inteligente en acción.

  VER INFOGRAFÍA: Una granja inteligente en acción [PDF]

VENTAJAS DEL 'SMART FARMING'

La aplicación de las tecnologías mencionadas anteriormente tiene un impacto positivo sobre la agricultura y la ganadería. A continuación, repasamos algunas de esas mejoras:

  • Incremento de la producción: la optimización de todos los procesos relacionados con la agricultura y la ganadería incrementa las tasas de producción.
  • Ahorro de agua: las predicciones meteorológicas y los sensores que miden la humedad de la tierra permiten regar solo cuando es necesario y durante el tiempo preciso.
  • Incremento de la calidad: un análisis de calidad de la producción obtenida en relación a las estrategias utilizadas permite ajustar estas últimas para aumentar la calidad de la siguiente producción.
  • Reducción de los costes: la automatización de los procesos de siembra, tratamiento y recolección en el caso de la agricultura reduce el consumo de recursos.
  • Detección de plagas y cuidado de la salud: la detección temprana de plagas en los cultivos o de enfermedades en los animales permite minimizar este impacto sobre la producción y mejorar el bienestar animal.
  • Aumenta la sostenibilidad: el ahorro en recursos como el agua de riego y el aprovechamiento máximo de las tierras reducen el impacto sobre el medio ambiente.